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#LightningReports 

Lightning mira a todos cuando ve a Dante. Aquello había sido todo muy extraño pero estaba para apoyar a sus nuevos compañeros.

Lightning: todo en orden?
Dante: sí *murmura pensativo sobre lo anterior* estas lista?
Lightning: claro que sí pero ahora que toca?
Dante: la espada de Gryffindor.

La unicornio parpadea confundida por lo que Dante sonríe un poco notando que la otra era toda una inexperta en el tema.

Dante: me siento como todo un profesor.
Lightning: *frunce las cejas* puedo ir a preguntarle alguien más.
Dante: *niega* prefiero que no, quédate cerca de mi. Te contaré algunas cosas pero no tan detalladas en el camino.
Lightning: *sonríe triunfal* de acuerdo: te sigo.

- - -

#Nightwing 

En ciudad gótica: Gordon se acerca a la empresa Wayne para hablar con Bruce.

—Verás, esto puede parece un poco apresurado pero me interesaría contratar a Richard como aspirante a detective—dice Gordon bebiendo una taza de café.
—¿y por qué de repente?—pregunta dudando Bruce.
—Creo que tiene mucha capacidades. He visto como habla con Bárbara y tiene un talento único para los casos.

Bruce miraba atentamente al pony mientras bebía de la taza pero después le sonrió al comisionado.

—Bueno creo que Richard debería aceptar o no, él tendrá la última palabra.
—Gracias Bruce—sonríe mirando al empresario—, me encargaré de hablar pronto con él.

El pony se levanta para irse del despacho mientras Bruce movía levemente una de sus patas curioso por la decisión que tomaría el pegaso. Tiempo después, Dick y Gordon se encuentran para hablar sobre el tema; al principio Richard mostraba curiosidad pero al final fingió estar sorprendido tal y como había practicado con Bárbara. 

—¿Y entonces que dices?
—Bueno...realmente es un honor—dice Dick sonriendo—, me encantaría trabajar en el departamento.
—¡Buena decisión, chico!—felicita el pony dando una palmada en el hombro ajeno—Además no estarás solo, te ayudaré en cualquier duda que tengas.
—Muchas gracias, comisionado.  

El mayor se aleja mientras deja a solas al pegaso y al llegar a la mansión Alfred lo intercepta para sacar toda la información posible.

—Joven Richard.
—Guau...las noticias vuelan o tienes un don—dice Dick estirando sus alas—¿Quién te lo dijo?
—El amo Bruce, por supuesto. 
—Supuse que el comisionado hablaría con B—murmura el pegaso suspirando pero después le sonríe al grifo—Pero sí, ahora soy todo un detective o mejor dicho aprendiz de uno.
—¡Felicidades! Esto amerita una celebración.
—E-Eh nono, ¡espera Al!—se queja al ver cómo el mayordomo se va y suspira resignado. 

Reportes:

Esconderse. Algo sencillo y conciso. No había nada extravagante en medio ni tampoco debía hacer maravillas: tan solo debía evitar que Bat-Horse lo encontrara. 

¿Qué podría salir mal? No era algo diferente que jugar al escondite siendo un pequeño potro solo que el patio de juego ahora era una ciudad entera basada en delitos criminales.

—Podría ir por las alcantarillas....nono, seguro B haría eso y además conoce bien como moverse por ahí.—murmuró caminando por las calles de Gotham.

Ya era hora de empezar y Dick miró hacia varios lados queriendo encontrar el sitio correcto hasta pensó en ingresar a un cine pero...no habia dinero.

—Quizás si contacto a Barb ella...—la idea rondó por su mente pero hizo silencio.—No, debo hacerlo solo.

La ciudad de Gotham estaba tranquila, aún no pasaba nada que no fuera robos menores. Dick de hecho se chocó con un pony de crin oscura y mechón blanco.

—¡Oye! ¡Fijate por donde vas!—dijo el pony furioso.
—Lo siento.—murmuró Dick viendo al contrario con una actitud apacible.—No fue mi intención que se cayeran tus....emm... ¿eso es una llanta de un auto?
—No es de tu incumbencia.—manifestó molesto recogiendo el soporte metálico y circular.—Metete en tu asuntos. Niño de papi.

El pony empujó a Dick haciéndolo aún lado y el pegaso alzó su ceja cuando escuchó el apodo que aquel potro le había dado.

—Que humor.

Dick prefirió seguir con su misión y fue a revisar un par de fabricas abandonadas pero ninguna era lo suficientemente grande o lejana para ocultarse por una noche entera hasta que algo llamó su atención.

》¡Por favor, No hice nada!
》Ya cállate.

Dick escuchó un par de voces provenir desde una zona lejana. El pegaso abrió las alas para echar un vistazo viendo a un pony maniatado por sus patas y siendo rodeado por otros más grandes y temibles.

—Pobre pony...uh...esa marca...esa ropa... ¿CC?

C.C Haly era el dueño actual del circo Haly y por lo tanto Dick conocía su extravagante forma de hablar y lo consideraba como el tío que nunca tuvo pero ahí mismo solo veía a un pony rogando por su vida.

—¡Hice todo lo que me dijeron!—gritó CC al borde del llanto.—¡Mi circo esta en la ruina!
—¿Y soy yo el culpable?—preguntó una nueva voz y varios ponys se apartaron dejando ver a Tony Zucco con su pulcro traje frente a Cc.—¿Acaso no te dije que...los accidentes suceden con frecuencia cuando no se contrata la seguridad correcta?
—Z-Zucco...—murmuró con miedo al ver al mafioso ahí.—No podía pagar la cuota... yo...
—¡No hables si Tony no lo ordena!—vociferó uno de los matones golpeando el estomago de CC.

El pony de circo se encorvo ante el dolor que le habían ocasionado y Dick gruñó molesto dispuesto a meterse cuando la conversación dio un giro impactante.

—Es una pena que 2 ponys tuvieran que morir para que entendieras en que te estabas metiendo. ¿De verdad pensabas que ir a ese pueblucho de ponys alegres me detendría? Fue fácil encontrarte y darte una lección.

Dick sintió la garganta seca al recordar a sus padres momentos antes de morir.

—Cortar una cuerda es algo sencillo y más si se hace sin dejar rastro.—el pony movió su pata desinteresado.—Te lo había advertido C.C: Si no me pagabas lo ibas a cobrar caro.
—Pero...
—Puedo hacer que tu circo vuelva a ser como antes.
—¡Eso es imposible! ¡Los Grayson eran quienes mantenían al circo unido!
—Bah. Nada que un nuevo grupo de trapecistas no hagan.—interrumpió Zucco dando la espalda al rehén.—Ahora quisiera que me devolvieras todo el dinero que me debes por haberte cuidado por más de seis meses.
—No...no tengo dinero.
—Entonces tu miserable vida no me sirve.

Los matones apuntaron a la cabeza de C.C mientras esperaban la orden de Tonny.

—¡Alto ahí malditos!—gritó Dick apareciendo frente a ellos y atacó a uno de los matones desarmando al enemigo.
—¿Eh?

Frente a ellos apareció un pegaso con una extraña bolsa en la cabeza. Tony alzó la ceja al ver al potro que estaba frente a ellos.

—¿Es una broma, C.C? ¿No te ha bastado con la paliza que te dieron antes de venir acá?
—¡N-No se nada de esto, Zucco!—dijo alarmado.
—Me encargaré de hacerte pagar por todo.—dijo Dick oculto en su precario disfraz con rabia.—¡Esto es por los Grayson!

El pegaso corrió contra el otro pony mientras tomaba un palo para atacar pero los demás matones disparan hacia Dick obligando al menor a tener que desistir y ocultarse tras unas columnas.

—¡Deténganse imbeciles! ¡harán que Bathorse venga para acá!—chilló Tony viendo que los ponys no hacían caso y varios vidrios rotos resonaron en toda la fábrica.

C.C se inclinó hacia adelante para evitar la balacera de disparos y Dick saltó haciendo un giro en el piso para volver a estar oculto pero una idea vino a su mente.

—¡Espero les guste volar!

Dick apareció sobre una cantidad de cajas juntadas y batió las alas rápidamente provocando que un fuerte viento atacara a los ponys que retroceden por el poder del pegaso. Dick se acercó hasta C.C y lo ayuda a salir.

—¡Por tu culpa me matarán!
—Ibas a morir de cualquier forma,te estoy ayudando.—dijo el pegaso viendo al otro.—Es mejor que huya señor.

C.C ni lo piensa así que huye de la fábrica. La sirena de policía se escuchaba a lo lejos por lo que Tony Zucco decide huir de aquel lugar. Dick nota las intenciones y frunce sus cejas yendo detrás.

—¡Alto!

Tony derribó varias cajas y objetos grandes para que Dick no le siguiera el ritmo pero el pegaso comenzó a volar y se lanzó nuevamente contra el otro golpeando al enemigo por la espalda y ambos ruedan por el suelo.

—¡Quítate niño!—dijo Tony golpeando a Dick en el rostro.
—¡Ngh! ¡No te vas a ir!

Tony era mucho más rápido así que golpeó de nuevo al pegaso para lanzarlo contra un par de cajas de madera. Dick gimoteo ante el dolor de su espalda pero Zucco frunció las cejas para sacarle la bolsa.

—Pero...si es el hijo afortunado.

Dick gruñó queriendo patear a Tony pero el pony apoyó sus cascos en la cabeza del menor y lo aplastó aún más contra las cajas para intentar dañarlo.

—Debí haberte matado cuando tuve la oportunidad.
—Tch. Eres un...—forcejeó queriendo sacarse al adulto de encima.
—Ahora mismo te haré reunirte con tus papis.—sonrió burlón ahorcando con sus cascos el cuello de Dick, presionando justo para impedir que respire.—Saludame a John y Mary de mi parte.

Dick abrió los ojos furioso cuando los nombres de sus padres surgieron de los labios del enemigo. El pegaso rugió molesto y una fuerza, que no supo de donde venía, le permitió sacarse de encima al otro con una fuerte patada en el estómago de Tony que fue a parar contra otras cajas.

—¡No vuelvas a nombrar a mis padres, hijo de!—gruñó subiéndose encima del otro y golpeando a Tony con rabia.—¡Por tu culpa perdí a mis padres! ¡Los vi morir frente mío! ¡Los mataste!

Dick sintió ganas de llorar pero su corazón estaba cegado al igual que su mente y solo sus puñetazos hablaban por él.

"...debes prometerme que no harás una locura. Que me harás caso."

Dick abrió los ojos sorprendido cuando la voz de Bruce apareció en lo más profundo de su ser. El pegaso se quitó de encima del otro viendo que Zucco estaba medio inconsciente. Dick miró sus cascos notando la sangre y se sorprendió al darse cuenta que casi cometía una locura.

—Matame...—sonrió Tony con burla.—...hazlo niño.
—Yo...no soy como tu.—dijo al fin mirando serio al pony.—Tu destino es estar en la cárcel y pagar por tus crímenes.
—Ja-Ja...—se volvió a burlar.—Carcel o infierno no me arrepiento de nada.

La policía de Gotham y Bathorse llegaron al mismo tiempo. Los primeros logran aprender a todos los matones y a Zucco mientras el segundo se detiene aún lado de Dick.

—Lo has capturado.—dijo visiblemente sorprendido.—Bien hecho.—sonrió apoyando un casco en el hombro ajeno.
—Gracias, B.—murmuró con una pequeña sonrisa.—Quiero que ese desgraciado no salga del pozo al que será metido.—mira al mayor de reojo—Supongo que no pude superar la prueba para ser Robin...

Bathorse niega y Dick suspiró viendo como los policías salían con todos presos.

—Lo has superado más de lo que pensaba.—sonrió BatHorse.—Además de proponerte el manto quiero que seas mi compañero.
—¿Lo dices en serio?—preguntó sorprendido viendo al mayor.
—Sí.

Dick sonrió y abrazó a Bathorse ante la sorpresa del héroe quien disimuladamente respondió al gesto de cariño. En ese instante el flanco del pegaso se iluminó fuertemente y una imagen de un ave azul apareció. Aquel instante Dick supo que había encontrado su camino: Cuidar de Ciudad Gótica y proteger a los más desprotegidos junto a BatHorse...junto a Bruce Wayne.

FIN ah.

Espero que pueda obtener su Cutie ¿lo obtiene?

Imagen de la cutie mark:

De repente había llegado a una especie de cueva subterránea. Dick miró atentamente aquel amplio lugar notando que era tan oscuro que daba hasta miedo.

El pegaso abrió las alas y se acercó un poco más hasta ver a Alfred tomar un botiquín de primeros auxilios y a su vez parecía hablar con alguien. En la enorme pantalla se podia apreciar la foto de Tony Zucco y varios otros ponys que pertenecían a la misma organización.

—¿Qué....qué es...?

El pegaso barrió con la mirada todo el lugar viendo objetos extraños como extravagantes aunque sus ojos se posaron en un par de trajes que estaban detrás de una vitrina de cristal: Cada uno era de la época de Batman. De su mentor.

—Amo Bruce. Si sigue así su cuerpo será todo una pintura de cicatrices.—dijo el grifo cociendo la herida.
—Lo sé pero sabes bien que no puedo dejar este "trabajo". Gotham me necesita.

Dick se asomó saliendo de la oscuridad viendo a su padre Bruce con el traje de Bathorse solo que no traía la máscara y parecía estar malherido.

—Bat-...¿Bruce?

Ambos mayores se giraron viendo a Dick pero estaban igual de sorprendidos que él.

—Richard. Que estas haciendo aquí.—dijo Bruce levantándose del asiento y queriendo apagar la pantalla tras de él.—¿Cómo es qué ...? ¿Acaso seguiste a Alfred?
—No lo escuché seguirme, Joven Richard. Admirable.—dijo el grifo felicitando el sigilo del pegaso.
—¿Qué esta pasando aquí? ¿Por qué tienes el traje de mi mentor? ¡¿Qué es este lugar?!
—Es la baticueva.—respondió Bruce con sinceridad. Ya no había motivo para seguir ocultando eso.—Y yo soy Bathorse.
—I-Imposible.—Dick no quería, se negaba a que ambos fueran el mismo pony.

Alfred observó de reojo a Bruce y éste le devolvió la misma mirada. El mayor dio un par de pasos para poder enfrentarse a su hijo y pupilo.

—Sé que no soy el mejor pony del mundo. Que tengo más errores que virtudes siendo Bruce Wayne. Tampoco quiero ocupar a fuerza el lugar de tus verdaderos padres pero te considero como el hijo que nunca tuve.

Dick retrocedió cuando el otro quería avanzar. Ahora entendía porque Bathorse conocía asuntos como la escuela que él jamás le mencionó pero que según "su intuición" si lo sabía.

—¿Por qué no me lo dijiste antes...?
—Estaba ocupado...—el batpony dudó en decir lo siguiente.—Estoy detrás del caso de tus padres.
—¿Qué?
—Lo sé. Siendo Bathorse se me hace más fácil obtener información pero siendo Bruce la cosa es diferente, debo moverme entre empresarios, conocidos y oficiales...buscar la forma de no levantar sospechas mientras recolectó todo lo que sea necesario.

Dick se sorprendió escuchando el relato del pony, algo dentro de él le hizo sentir alegría cuando el mayor parecía preocupado por lo sucedido con sus padres.

—¿Quién fue...?
—No puedo decirte eso.
—¡Si puedes! ¡Tengo el derecho de saberlo!
—Richard no puedo decírtelo sabiendo que podrías cometer venganza.

Alfred apoyó a Bruce en silencio y Dick desvió su cabeza mirando hacia otro lado.

—Deja que yo me encargue de esto.—finalizó Bruce.—Ve a dormir.
—Entonces dejame ayudarte.

Ambos se miraron fijamente pero era una guerra por quien tenía la voluntad más fuerte...evidentemente ambos la tenían de sobra.

—¿Ayudar?
—Así es.—dijo con firmeza.—Quiero ayudarte a meter a los responsables detrás de las rejas.
—Richard....

Alfred se acercó a Bruce y apoyó una pata en el hombro del superhéroe.

—Por favor...—rogó Dick.—Solo así podré sentir que se hace justicia.
—De acuerdo. Pero para eso deberás pasar una prueba.
—¿Una...prueba?
—Tendrás toda una mañana y tarde para esconderte.—Bathorse miró fijamente al contrario.—No esta demás decir que conozco cada rincón, cada alcantarilla o edificio en Gotham. Si te encuentro antes de que se haga el otro día entonces no podrás ayudarme pero en cambio si logras evadirme entonces te convertirás en Robin y juntos atraparemos a Tony Zucco pero debes prometerme que no harás una locura. Que me harás caso.

Dick abrió los ojos sorprendido cuando al fin escuchó el nombre del responsable de la muerte de sus padres así que después asintió firme.

—De acuerdo, lo prometo.

Alfred sonrió mirando a ambos ponys quienes parecían disfrutar de lo que iba a suceder. Al otro día al llegar a la escuela: Dick se detuvo mirando a su alrededor cuando vio a Bárbara acercarse.

—¡Barb!—corrió hacia la pony.—¿Estas bien? Me tenías preocupado.
—Lo siento Dickie.—sonrío apenada.—Fue un momento de debilidad... ¡pero ya estoy con ganas de conseguir mi marca!
—Bien porque yo también quiero conseguirla

Ambos amigos decidieron probar suerte en alguna actividad al aire libre en lo que Dick pensaba en donde podría "esconderse" para evitar que Bathorse lo encontrara.

Al llegar a la escuela se encontró con un grupo de ponys que estaban mirando algo. Dick se acercó viendo a Bárbara y una amiga de ella simular una pelea como las de Bathorse.

—¡Y así amigos míos hemos ganado!—dijo Bárbara sometiendo a un pony que hacia de payaso.—¡Vencimos al Joker!
—¡Yei!—dijeron los demás ponys felices.
—No se parece en nada...

Dick dejó escapar una risita viendo como todos se alejaban a seguir con sus cosas. El pegaso abrió las alas y se acercó hasta Barb quien vestía como BatHorse pero en versión femenina.

—No sabía que te gustaba Bathorse.
—¿Bromeas? ¡Hasta hice un club de fans!—dijo Barb haciendo un giro para lucir el disfraz.
—Lo conozco...
—¿A quien?
—A BatHorse.—respondió Dick en voz baja.
—¿Y quién no? ¡Cualquiera conoce a nuestro héroe!
—No,no...me refiero a que lo conozco de verdad. 

Bárbara parpadeó mirando al otro, no había entendido bien o quizás no le creía ni una sola palabra.

—¿Te salvó de algún delito o algo así?
—Soy su aprendiz.

De repente la pony comenzó a reír a carcajadas tomándose la barriga mientras caía de bucles al suelo. Dick frunció sus cejas viendo la escena de su amiga tirada partiéndose de risa.

—No es una broma, Barb.
—¡Lo siento! Es que...ay...—la castaña negó calmando su risa.—Perdón Dickie pero es que...Bathorse es solitario, no me lo imagino siendo mentor.
—Pues...sí lo es. Me enseña por las noches pero no debes contarle esto a nadie.
—¡Llevame a conocerlo! *-*
—¿Qué?... No.
—¡Oh vamos!—pidió Bárbara moviendo ansiosa sus patas.—¡Prometo no decir nada!
—Si vas conmigo él ya no confiará en mí. Si te lo cuento es para que no hables con nadie más del asunto, eres mi unica amiga.

Bárbara sonrió mirando al contrario y se apoyó en él dejando más tranquilo al pegaso.

—No te preocupes, no diré nada ¡Soy una tumba! Pero...debes conseguirme al menos un autógrafo ¿Siii? *-*
—Haré el intento.—dijo sonriendo.
—¡Eres lo más! Ahora vamos a ver que más podemos hacer.

Barb y Dick llegaron hasta el salón de baile donde varios ponys estaban dispuestos a iniciar la clase del maestro Flamingo, un pegaso que vestía ropa muy extravagantes y poseía un andar fresco.

La primera canción era movediza e invitaba a cualquier pony a mover el esqueleto. Dick intentó con todo su esfuerzo coordinar dos pasos pero era pésimo mientras que Bárbara podía seguir el ritmo fácilmente.

—¡Dick, quizás esté sea mi talento!
—¡Tu puedes Barb!—sonrió mirando a su amiga.

Al final de la clase varios ponys obtuvieron su Cutie Mark mientras que Dick y Bárbara habían sido los únicos en no tener tanta suerte. El pegaso apoyó una de sus alas en el lomo de su amiga en forma de consuelo.

—Tranquila...ya tendrás tu...
—Olvidalo...—murmuró la pony triste.—Quizás y si tienes razón, Dick...quizás no soy buena en nada.

Dick no pudo detener a su amiga quien ya se había alejado de él sin darle posibilidad de seguirla. El pegaso vio como la pony desaparecía por una esquina sin dejar rastro alguno.

—¿Bárbara? Maldición.

En la noche, BatHorse y Dick decidieron entrenar cuerpo a cuerpo pero el pegaso estaba muy distraído y el mayor se detuvo mirando al contrario.

—¿Te encuentras bien?
—Sí.—dijo en voz baja esquivando un puñetazo.
—No lo parece.

Bathorse lanzó otro puñetazo pero Dick bloqueó el ataque para después arremeter con una patada pero el batpony fue más rápido y derribó a su alumno contra el suelo.

—Dime que te sucede.
—¡Argg! ¡Duele!—gruñó Dick intentando sacarse de encima al mayor.—Solo quiero entrenar en silencio. ¿Acaso no se puede? 
—¿Es algo de la escuela?
—¿Cómo sabe de eso?—preguntó confundido mirando de reojo al contrario.

Bathorse se sorprendió un poco pero después regresó a su actitud fría y distante.

—Intuición. <-de murciélago ah.
—Ah...bueno sí es algo de eso.—se levantó sacudiendo su cabeza.—Es que una amiga quiere conseguir su Cutie Mark, lo que sea, y bueno...aún no lo logra y se siente mal.
—Mh.
—Pero yo tampoco la he conseguido.—murmuró el menor suspirando.—La cuestión es que esta desanimada y-

Al momento la batiseñal aparece en lo alto del cielo interrumpiendo a Dick.

—Luego seguiremos hablando.
—Ah...okey.—dijo el pegaso viendo a su mentor saltar del edificio.

Dick tuvo una idea: Quizás si conseguía el autógrafo de Bathorse su amiga volvería a ser feliz y de paso intentaria encontrar su talento. El pegaso abrió sus alas y se dispuso a seguir de cerca al ponymurcielago esperando no ser descubierto.

Apenas tocó el suelo de la mansión fue recibido por una severa mirada de Bruce Wayne y una curiosidad indescriptible en el mayordomo de nombre Alfred. 

—¿Qué le sucedió, joven Richard?—preguntó el grifo. 
—Fue...un accidente.—respondió vacilante, tan vacilante que Bruce no le creyó.—Bah. Fui a una clase de cocina y no salió como esperábamos pero al menos nos divertimos.
—¿..."Esperábamos"?—preguntó Bruce con su ceja alzada.—¿Has hecho algún amigo?
—Amiga. Bárbara Gordon.

Bruce sonrió por dentro cuando escuchó el apellido de quien ahora era amiga de su hijo adoptivo. Era curioso como el mundo podía ser tan pequeño y ahí mismo tenía la prueba de ello.

—La conozco.—dijo Bruce atrayendo la atención de Dick.—Es una buena pony. Seguramente se divertirán muy seguido pero ahora es mejor que te des un baño.
—Yo me encargo de preparar todo.—interrumpió Alfred con su sonrisa amigable.

Dick sonrió levemente hacia el grifo y después miró de reojo a Bruce notando que el batpony tenía una sonrisa fresca y radiante. ¿A qué se debía? No estaba seguro si preguntar ya que aún seguía algo molesto por las reciente actitudes del mayor. 


Al otro día: Dick llegó temprano a la escuela y apenas estuvo en la entrada fue Bárbara quien se tiró encima de él. Ambos ponys cayeron al suelo entre pequeñas risas y empujones.

—¡Hola Barb!—saludó el pegaso.—¿Lista para otra clase?
—Por supuesto. Siempre estoy lista.—dijo la pony muy orgullosa apartándose de su amigo.—¿Ahora que quieres intentar?
—¿Qué se supone que hay?
—Tenemos para hacer deportes. ¿Crees que algo así puede interesarte?
—Deportes...—recordó el entrenamiento con Bathorse y sonrió de lado.—Me gustaría. ¿Vamos?
—¡Sí!

La clase de aikido fue entretenida, Dick se enfrentó a varios ponys e hizo frente al maestro pero a pesar de que era bueno en la lucha cuerpo a cuerpo no tuvo éxito con su Cutie Mark. ¿Qué más necesitaba para obtener esa dichosa marca? 

—¿Cómo te fue en la clase de tenis?—preguntó el pegaso viendo a su amiga tirada en el suelo, con el cabello desparramado y su pecho agitado.—Creo que puedo imaginarme la respuesta. 
—¡No es lo mío!—hizo una rabieta molesta.—No pude pegarle a la pelota... de hecho la pelota me pegaba a mi.
—Somos un desastre. <-lol

En el almuerzo ambos amigos se pusieron a comer unos sándwiches que Alfred les preparó sentados bajo la sombra de un árbol.

—¿Seguro quieres compartir estas delicias conmigo?
—Tranquila, estoy seguro que no podré acabarme todo esto yo solo.
—¡De acuerdo!—dijo Barb tomando un sándwich y mordiendo un poco.—¡Que rico!
—Alfred es muy hábil cocinando...bueno él realmente hace todo bien.—sonrió pensando en el grifo.
—Ahora que lo mencionas no me has dicho nada de ti, Dickie.
—¿Algo...de mi?
—Sí...¿tienes padres? ¿Dónde vives?—preguntó Bárbara comiendo un trozo de sándwich.
—Mis...padres...—repitió Dick agachando su mirada ¿qué debía responder? ¿Qué fueron asesinados? ¿Qué Bruce era su padre ahora?—Uhm...Vivo en la mansión Wayne.

De repente Bárbara se quedó con la boca abierta mirando a Dick. Incluso logró poner incómodo al pegaso que se rascó la nuca con uno de sus cascos.

—¿La-La mansión Wayne? ¿Bruce Wayne? ¿El multimillonario de Wayne Enterprises? ¡¿El mismísimo Bruce?!
—Sí.
—¡Eres su hijo!—aquello era más una afirmación.—¡Lo supuse! Eres igualito a él.
—¡Nada que ver! Ambos somos totalmente diferentes.—gruñó molesto comiendo de mala gana.—Es mi...padrastro, lo que sea.
—Aww—Bárbara abrazó a su amigo que se veía adorable enojado.—Eres todo una ternura, Dickie. Mi padre conoce al tuyo y jamás mencionó que tenía un hijo...
—Porque no soy su hijo.
—En fin...eso te hace heredero de todo el imperio...Guau...

Dick se encogió se hombros ya que no le importaba para nada ser millonario. De hecho le encantaba más una vida austera que de ricachon, en otras palabras aquello último a Bruce se le daba muy bien.

—Bueno, soy Grayson y punto. No me identifica la familia Wayne y prefiero no hablar del tema.
—¡Okey!—sonrió la pony.—Ahora vayamos a ver si somos buenos en la mecánica o química.

Bárbara jaló a Richard hacia los laboratorios mientras hablaba sobre robots y que algún día le gustaría vivir una experiencia como las peliculas de Terminator.

Todo iba bien hasta que ambos amigos volvieron a fracasar cuando hicieron explotar uno de los laboratorios.

Bueno traeré a Nightwing aquí x) ya tiene 12 puntos. Veamos como se me da esto lel. 


Dick Grayson no comprendía porque debía hacerlo,no quería hacerlo, odiaba estar en ese lugar y tener que perder el tiempo con otros ponys que seguramente no iban a comprender su forma de ser.

–Maldita seas, Bruce.—dijo el pegaso mirando de mala gana a su alrededor.

A unos cuantos pasos de él, una pony de cabello castaño rojizo, piel clara y ojos verdes se acercó amablemente. Sin dudas había percibido que era el primer día del pegaso y de seguro estaba desorientado.

—¡Hola, amigo!—dijo ella sonriente.—Me llamo Bárbara Gordon pero puedes decirme Barb.
—¿Barb?—repitió con una ceja alzada.—No necesito tu lástima así que puedes irte.
—Guau.—la pony no pudo evitar reír un poco.—Tienes carácter. Me agrada.—dijo divertida.—¿Cuál es tu nombre, pegaso? Espero no sea Seiya.<-lel
—Soy...—el morocho frunció sus cejas al ver el rostro tan feliz de "Barb".—Dick Grayson.
—Que curioso nombre. ¡y te quejas de mi!—dijo riendo.—Se nota de lejos que eres nuevo. Bienvenido a la escuelita: aquí conseguirás tu Cutie Mark.

Dick ladeo la cabeza mirando a Bárbara con confusión.

—¿Cutie...qué?
—¡Opd!—Barb dio un brinco de asombro.—¿No sabes que es eso? ¡Dick!
—¿Qué tiene? Ni siquiera conozco lo que debo hacer acá. 
—Una Cutie Mark es como tu marca personal, es tu talento. ¡Lo que marcará tu vida!
—¿Mi...vida?—repitió con una sonrisa amarga.—Mi vida la decido yo. No una marca.

Bárbara negó moviendo su cabeza provocando que su hermosa melena se meciera suavemente por el ritmo. 

—No seas tonto. Una Cutie Mark te puede abrir el camino y si estás acá es para que sepas en que eres bueno ¡igual que yo! ¿Ves?—la pony le enseñó su flanco vacío.—Llevó una semana aquí y ciertamente aún no encontré mi talento.
—Quizás no eres buena en nada. <-lol
—¡Oye!—Barb frunció sus cejas molesta.—¡Entonces que te ayuden otros!

La pony se alejó trotando ofendida pero Dick no conocía nada de la escuela y necesitaba a Bárbara más que nunca. El pegaso negó para sí y abrió sus alas volando hasta ella para cortar su paso.

—¡Aparta, grosero!
—Lo siento, Barb.—murmuró apenado.—No quise ofenderte. Fue muy irrespetuoso de mi parte.

Barb se cruzó de brazos mirando hacia otro lado pero no pude evitar mirar de reojo a Dick notando que el pony estaba realmente arrepentido.

—Bueno...mi padre me enseñó a saber perdonar.—sonrió la pony dando un suave golpe en el brazo ajeno.—Juntos encontraremos nuestro talento.
—De acuerdo.—sonrió mirando a su nueva amiga.—¿Y ahora que debemos hacer?
—Mmmmh ¿eres bueno cocinando?
—Pues no se. Alfred me prepara todo.
—¡Entonces andando!—sonrió Barb jalando al pegaso con ella hacia el edificio de la escuela.


En la clase de cocina una yegua empezó hablar mirando a varios ponys igual de interesados en aprender. Dick se puso junto a Barb y ambos observaron como debían comenzar amasando las bolas dentro de los recipientes.

—Hacer pan es algo sencillo y ciertamente nos da paso aprender más de nosotros junto con la paciencia. Nos enseña abrir nuestra mente y quizás a jugar con las formas. Siempre respetando la base del pan.—dijo la maestra enseñando uno recién hecho sobre un prolijo plato de color blanco.

Dick frunció sus cejas sintiendo que realmente estaba desconectado de esa materia pero no quería volver a ser descortés con la pony a su lado así que de malas ganas se puso amasar en silencio.

—¿Tu de nuevo Bárbara?—preguntó la maestra.
—¡puedo intentarlo!—dijo sonriendo.—Quizás la otra vez no fue el mejor pan del mundo ¡pero hoy me siento inspirada!

La maestra alzó su ceja incrédula pero se fue sin decir más. Dick volteó a ver a su amiga quien tenía un brillo de determinación en la mirada.

—Que envidia. Tu pareces disfrutarlo.
—¿Y quien dice que cocinar no es divertido?

La pony agarró un poco de harina y sopló hacia el pegaso ensuciando su rostro.

—¡Eu!—se quejó Dick sacudiendo la cabeza y lanzando un buen de polvo hacia la otra.
—¡Dickie!

Ambos empezaron una guerra de harina que horrorizó a la maestra pero no fueron los únicos en jugar ya que otros ponys decidieron unirse a ellos haciendo del salón un campo de batalla.

—¡Fuera de mi cocina! ¡todos!

Los dos amigos salieron huyendo del salón mientras no podían parar de reír. Dick y Barb estaban blancos por la harina pero no se arrepentían de nada.

—¿Ya tengo mi cutie-eso?—preguntó Dick enseñando su flanco.
—No, aún no.—respondió la pony riendo en voz baja.—Ni yo y creo que jamás podré pisar ese curso.

Ambos ponys volvieron a echar carcajadas mientras se iban de ahí. Ya era hora de volver a casa y a pesar de que al principio Dick no estaba interesado en aprender ni conseguir su cutie mark supo que tendría muchas aventuras junto a su nueva amiga Barb.