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En la tarde, la gardevoir sale de la casa mientras camina por el bosque. 

Lesley: aún no hay noticias de Granger...¿y si algo malo le sucedió?

La pelirroja agita la cabeza cuando ese pensamiento la abruma y suspira caminando por un sendero mientras trae en su espalda un francotirador cargado.

Lesley: debo ser más positiva y-

De repente una fuerte luz la toma por sorpresa y siente como si su cuerpo fuera absorbido por algo o alguien.

¿?: creo que se murió o.o
¿?: lo dudo.

Lesley abre sus ojos con lentitud al escuchar las voces cerca de ella. Apenas su visión se aclara logra ver el rostro de una kirlia de cabello negro, ojos verdes y sonrie traviesa.

Kirlia: ¡despertó! ¡Gusion, hermano!
Gusion: *se inclina también* es verdad.
Lesley: ¡AH! *se aparta rápido y los apunta con el arma inexistente* ¡¿Y MI ARMA?!
Lylia: ¿buscas esto? n.n 

La pelirroja ve el francotirador levitando en medio de los hermanos entre brillos violetas.

Lesley: ¡Es mío!
Gusion: eso debiste pensarlo cuando caíste encima de mi e.e
Lesley: *roja* ¡no lo hice a propósito!
Lylia: o más bien querías un ratito de privacidad con tu novio ewe 
Lesley: ¿no...novio?

La gardevoir sigue la mirada de la kirlia viendo a un Blaziken tirado en el piso rodeado de hojas y con un aspecto muy poco agradable. 

Lesley: ¡ni siquiera lo conozco!
Gusion: algo raro ya que ambos cayeron a la vez.

El Blaziken comienza a despertar y abre sus ojos viendo desorientado las hojas de los árboles. Lesley recae en ver a su alrededor notando que estaban en un bosque pero no el que conocía.

Lesley: ¿dónde estoy...?
Blaziken: mi cabeza...*se toca la frente* ¿uh? *los mira y se da cuenta de algo* ¡no puede ser!
Gusion/Lylia: *se miran* 
Blaziken: *se levanta de golpe* ¡esto es una tragedia! ¡no lo vi en mis planes!
Gusion: ¿tenías planeado caer del cielo? Excelente plan e_e
Lylia: ¿quién eres? owó soy Lylia: la mejor Maga de Melodian! Y éste de aquí es mi hermano Gusion, sirviente.
Gusion: e_e
Blaziken: soy Natan y vengo del futuro...
Lesley: ...
Los hermanos:  ...
Natan: *comienza a impacientarse* ¿en qué año estamos?
Lesley: 2021 *ve su arma levitar y disimuladamente se acerca* 
Natan: mi invento funcionó *toma el reloj de su cintura* he logrado regresar en el tiempo...
Gusion: okey *se levanta mientras mira a los dos nuevos* no sigan fingiendo. ¿Quiénes son?
Lesley: *gruñe* ya te dije que no lo conozco.
Lylia: *observa a Natan estaba confundido* creo que de verdad no se conocen...

Lesley rápidamente toma su francotirador y los apunta a cada uno.

Natan: ¡hey, baja eso!
Lesley: ahora mismo me dirán que sitio es este.
Lylia: hermano << *se pone tras el gallade*
Gusion: tranquila, dudo que tenga balas *Lesley dispara lol* mh. 
Natan: *alza las manos* Lesley debes calmarte...prometo que les diré que ha sucedido pero debes bajar ese arma...
Lesley: *se queda callada* 

Gusion se teletransporta hacia la gardevoir mientras la toma desprevenida y por detrás la sujeta poniendo una daga en la garganta ajena.

Lesley: ¡oye!
Gusion: mira, no quiero tener que matarte pero si eres una amenaza no me quedara de otra.
Lesley: *se remueve incómoda*

Poco después, el grupo se dirige a un bar ubicado en la capital  Lightborn de Moniyan. 

Natan: esto solo lo pueden saber ustedes...*mira con nostalgia a los tres y después el lugar* soy el jefe de investigación de Erudito.
Gusion: *alza una ceja* 
Lylia: ¡guau! owo 
Lesley: *mira desinteresada el sitio* 
Natan: en el futuro...el abismo encabezado por el señor de la Oscuridad y Alice provocan una guerra en toda la tierra del amanecer, de hecho algo extraño sucedió en mi tiempo: se suponía que los orbes crepusculares no debían caer en manos oscuras pero una alteración de la línea provocó cosas inversas y prácticamente los demonios tenían el control del imperio.
Lesley: ¿hay demonios aquí? *mira con interés lol*
Lylia: no quisiera saberlo >>
Gusion: ¿entonces cómo fue que...?
Natan: mis últimos años los invertí en crear una máquina del tiempo pero no tenía la suficiente energía para activar el mecanismo.

La gardevoir se cruza de brazos y después observa de reojo a Gusion notando al gallade muy atento al relato.

Natan: cuando el último orbe se activó una onda expansiva de energía golpeó a Erudito y aproveché para venir a este año.
Lesley: ¿y yo por qué me vi involucrada?
Natan: *desvía la mirada* no estoy seguro de eso.
Gusion: entonces quieres cambiar el futuro. 
Natan: es probable que nadie me crea, de hecho el decirle estos los condiciona a ayudarme.
Lesley: no lo haré.
Lylia: pero Les! ;n; 

La de cabello rojizo se levanta acomodando su arma en la espalda y los mira con seriedad.

Lesley: no eres el único con problemas, en primer lugar no debería estar aquí.
Natan: lo se pero no puedes irte...mientras más me ayuden será mejor para convencer a los demás.
Gusion: *la mira de reojo* es normal sentir miedo.
Lesley: *lo fulmina con la mirada* tu no me conoces. Adiós.

Lylia trata de ir tras ella pero el gallade la detiene al sujetar su brazo.

Natan: *suspira* ¿ustedes me ayudaran?
Gusion: también debemos recorrer la tierra del Amanecer para encontrar a alguien.
Lylia: es cierto...
Natan: genial *sonríe* entonces mañana saldremos temprano.

Gusion mira de reojo por donde fue Lesley mientras Lylia hablaba animadamente con Natan sobre como era el futuro.

Homura se dejó ayudar para después sacudir la ropa llena de tierra.

—Es muy fuerte.—dijo la lucario mientras veia por donde se había ido Dust—Y bastante peligroso. 
—Es por eso que debemos detenerlo.—el científico mostró una mirada indescriptible, incluso para Homura.

La puella magi ahora sabia que se estaban enfrentando a un ser superior, un ser que estaba cegado por el odio y que, para su mala suerte, no estaba tan segura de detenerlo por si sola.

—Odio decir esto.—murmuró atrayedo la mirada de Gaster—, pero necesitamos ayuda.
Gaster asintió.—Debemos hablar con Sans.
—Si hacemos eso, Madoka querrá ayudar y no quiero que ella salga herida.

El deoxys miró el cielo notando que estaba poniéndose nublado y suspiró. 

—Es mejor que sepan ahora a lo que nos estaremos enfrentando en un futuro.—miró de reojo a la lucario y extendió la joya con una de sus manos—Esto es tuyo.
—Gracias.—dijo tomado el objeto pequeño—Has cuidado que nada me pase. 
—Te lo dije, protegería tu alma como sea.

Homura desvió la mirada con timidez sintiendo sus mejillas rojas aunque rápidamente se mostró como siempre.

—Así que...—buscó las palabras correctas—¿Eres su padre?
—Podría decirse que si. Tan solo nos diferencia las dimensiones pero...—miró nostálgico al frente—, es como Sans.
—¿Cómo él...?—Homura sintió un pequeño temor dentro de ella.
—No tan al extremo como Dust—respondió avanzando con la contraria—pero pasaron por cosas similares.

La lucario comenzó a sentir curiosidad acerca de ellos, a como eran sus pasados y como habían vivido hasta aquel momento. Sabía de sobra que Sans no atacaría a Madoka pero no podía negar que aquello podría ser simplemente una apariencia para poder estar cerca de la kirlia. ¿Y si la atacaba en algún momento? 

—¿Quién fue el causante o la causante del odio de Dust?—preguntó Homura mirando al deoxys—¿Sans también sufrió lo mismo o...en menor medida?

En el departamento de Mami, más precisamente en donde ahora Madoka descansaba; Sans estaba a su lado vigilando que el sueño de la kirlia no fuese interrumpido.

—Mmh—Madoka se removió un poco y abrió los ojos lentamente.
—Bienvenida a la tierra, chica.—saludó Sans más relajado—A la siguiente, avisame para no tenerme tan preocupado.—bromeó.
—Sans...—murmuró débilmente—¿Qué me... qué me sucedió?
—Te desmayaste. Justo cuando estabas tomando un té y...bueno—miró la pierna derecha de la menor—...te quemaste. 

Madoka gimió de dolor cuando intentó tocarse pero Sans le detuvo antes que se hiciera mucho más daño. 

—No se que me sucedió...—murmuró la kirlia—...¡ah!—dijo de repente—¡te vi!
—¿me viste...?—murmuró Sans sin comprender.
—Era...era algo raro...—Madoka desvió su mirada y jugó con sus dedos sintiéndose nerviosa—...estabas ahí, en una ciudad destruida...

Sans tragó saliva cuando escuchó lo último, sabía en que dirección estaba yendo esa conversación.

—...Pero tu estabas enfrente mío...apuntándome.—continúo Madoka casi triste—, no entendí por que...pero me dolió.—llevó una mano hacia el pecho, cabizbaja. 
—Jamás te atacaría, chica. Nunca se me ocurriría tener que...
—Tu lo habías dicho...—le interrumpió—...que ibas a matarme...

El esqueleto desvió la mirada incómodo. Aquella charla era lo menos que quería afrontar.

—Si pero fue cuando apenas nos conocíamos y en otra situación.
—¿Nunca me harías daño, verdad?—preguntó la pelirosa mirándolo.

Sans estaba por responder, aunque no sabía cómo, pero agradeció cuando Sayaka entró con Papyrus haciendo un breve escándalo en la habitación.

—¡Mado-Chan!—se tiró sobre ella—¡Ya has despertado! Me tenías muy preocupada.
—S-Saya—sonrió Madoka abrazando a su amiga—Sans estuvo protegiéndome—dijo algo sonrojada.
—¡BIEN HECHO, HERMANO!—gritó Papyrus orgulloso. 

Sans sonrió un poco viendo la escena, su cabeza estaba hecha un lío ya que Dust estaba cerca y podría poner en peligro a todos. Poco después Madoka ya se encontraba de buen humor y el dolor no era tan notorio.

—Quisiera visitar a mi...—se detuvo antes de soltar "madre"—...a Mary y Krai...
—¿Mary?—preguntó Sayaka recordando la imagen de una kirlia de cabello blanquecino.
—¡Sans!—la kirlia volteó a mirar al esqueleto—¿Y si Dust ataca el hotel?—un escalofrío recorrió su espalda—¡Debo ir con ellos!—se levantó de golpe dispuesta a salir de ese sitio ignorando la herida punzante de su pierna.

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A la mañana, Granger sale primero de la casa aprovechando que Will y Lesley estaban durmiendo en sus respectivos cuartos. El gallade se dirige al bosque y sigue el sendero hasta llegar a una especie de división de caminos donde abre un portal apareciendo en los bosques del Imperio de Moniyan. 

Granger: Es por aquí.

El morocho sigue caminando bajo la sombra de las copas hasta llegar a un monasterio antiguo donde la gárgolas protectoras parecian cobrar vida con solo mirarlas, Granger decide ignorar aquella sensación y se encuentra con la imponente puerta de madera. El gallade entra sin avisar y lo primero que observa es una capilla de iglesia y al fondo se podía apreciar la imagen de Arceus siendo venerado en todo su esplendor. 

Granger: Se puede sentir una tranquilidad muy inquietante. *camina hacia un pasillo el cual tenía muchas habitaciones cerradas pero al fondo se podía apreciar la salida al jardín* 

El joven cazador sigue avanzando cuando la suave brisa del bosque, entremezclados con inciensos, lo obligan a parar en seco. Había un poder extraño en aquel aroma. 

???: ¿Granger?
Granger: *se recupera y ve a un blaziken con ropas de monje caminar hacia él* Así es. Usted debe ser el señor Clovis.
Clovis: En efecto *sonrie amable* soy uno de las cabezas de la Orden de St.Overía, le doy la bienvenida al monasterio. 

Granger asiente y ambos se saludan dando la mano. 

Clovis: Me alegra saber que aún hay jóvenes interesados en ser cazadores.
Granger: Mi familia siempre estuvo rodeada de cosas sobrenaturales. Era imposible que no me interesara por algo así.
Clovis: me vi la obligación de revisar el historial de sus padres, es bueno tener contactos en varios planos y dimensiones. *mira al gallade* Kou y Mikami son unos excelentes cazadores. Ni hablar de sus hermanos.
Granger: Gracias. No tengo mucha relación con mis otros hermanos pero doy por seguro que son buenos.
Clovis: Seguramente tu serás igual que ellos. Mira te enseñaré unos sitios de interés.

Ambos caminan hasta llegar a una zona de entrenamiento. El gallade ve a un grupo de pokemons luchar con armas y espadas, otros meditaban bajo las sombras de los árboles y por último estaban las monjas, varias pokemons hembras, que servían a los demás trayendo algo fresco o de comer. 

Granger: *ve a una gardevoir rubia junto a ellas* 

Spoiler:

Clovis: *sonrie dándose cuenta* Ella es Siela Riviere. Una de más monjas más devotas de aquí.
Siela: *se acerca a ellos* St.Clovis *hace una reverencia y mira a Granger con timidez* bienvenido 
Granger: Gracias.
Clovis: Granger mandó una carta ¿lo recuerdas?
Siela: ¡Si! De hecho todos en el monasterio estamos muy feliz de que alguien más quiera unirse a nuestra familia *se da cuenta que habla de más lol* quiero decir es que es una agradable noticia n.ñ 
Clovis: *rie un poco* ¿Hoy irás con la señorita Nicoletta? 
Siela: ¡Cierto! Debemos visitar a alguien *mira a ambos apenada* Fue un gusto hablar con ustedes

La gardevoir hace una reverencia en respeto y se retira con las demás. Clovis y Granger pasean por los jardines del monasterio mientras el blaziken le cuenta muchas anécdotas y presenta a varios maestros a cargo de los entrenamientos y misiones.

Clovis: Últimamente el monasterio está activo. Los demonios han empezado a aparecer con insistencia y atacaron varios pueblos.
Granger: Me siento listo para iniciar cuando gusten.
Clovis: Ese es el espíritu que necesitábamos *sonrie* 
???: ¿Uno nuevo?

Ambos se giran a ver a una Lopunny junto a una Zoroark.

Spoiler:

Clovis: Te presento a mi hermana *sonrie* ella es Arcia Rinslet, líder de las Doncellas de Plata. *la lopunny se cruza de brazos* y su compañera Natalia. Ella pertenece a la Orden de Asesinos e inició hace poco su entrenamiento aquí. 
Natalia: *mira fríamente a Granger de arriba-abajo* No parece un cazador.
Arcia: Lo mismo digo. *sonrie burlona*
Granger: Es un gusto conocerlas. 
Clovis: Sean amables. Ya hemos hablado de eso >.>

Arcia y Natalia ríen en voz baja y se van a entrenar. Granger se relaja cuando nuevamente está a solas con Clovis.

Clovis: Puede parecer que muerden pero en el fondo son unos ángeles <-lol
Granger: Supongo. *murmura en voz baja* 
Clovis: Te enseñaré tu habitación n_n *sonrie caminando primero* 

Granger avanza detrás pero tiene la sensación de que alguien más iba con ellos. Una vez que Clovis le enseña donde dormiría decide mostrar el comedor, la sala de estar, los baños y por último la biblioteca. Dentro habia enormes estanterías repletas de libros.

Clovis: Esta biblioteca tiene todos los tomos, enciclopedias y libros de la Tierra del Amanecer. Incluso libros prohibidos o fuera de circulación.
Granger: Entiendo. *mira los libros con detalle*
Clovis: Por cierto ¿eres nuevo aquí cierto?
Granger: No conozco mucho de esta dimensión. Me gustaría poder explorar un poco.
Clovis: Es una buena idea, de hecho el imperio tienen muchos sitios interesantes n_n 

Granger y Clovis siguen hablando hasta que se hace de noche, Granger abre un portal y lo traspasa llegando al bosque del principio. El gallade sigue caminando bajo la luz de la luna.

Granger: Ya tengo un lugar dentro de St.Oveíra y no pararé hasta exterminar a cada demonio que se me cruce en el camino.

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Al otro día, los cálidos rayos de sol bañaron el rostro del gallade. Eragon despertó sintiendo su cuerpo cansado y se incorporó estirando sus brazos. Vio la gema perfectamente acomodada y sonrió al notar como los rayos iluminaban su tono azulado brindando un espectáculo de reflejos en una de las paredes.

Eragon: Será interesante saber que eres.

El gallade tomó la gema y se levantó para ir a comer algo. Lily estaba preparando el desayuno cuando su hijo se sentó dejando aún lado la gema ovalada.

Lily: ¿y eso?
Eragon: Lo encontré en las vertebradas *respondió puliendo un poco la gema* ¿qué te parece?
Lily: Otra vez has ido a las montañas. *su voz sonaba algo enojada* sabes que no me gusta que vayas solo por ahí.
Eragon: *sonríe de lado* tranquila. No pasó nada malo, mamá. 

La madre suspiró levemente sabiendo que su hijo era igual de aventurero que su padre. Hablando de Eric, la gardevoir no sabía dónde estaba metido su esposo y quizás eso era peligroso.

Lily: Noire salió a entrenar con Fye.
Eragon:¡¿Qué?! ¿El maestro está en Underground?
Lily: Sí, no quiso despertarte. 

El príncipe comió rápido y agarró nuevamente a su objeto ovalado para correr hacia los jardines. Afuera Noire y Fye practicaban esgrima golpeando sus espadas con elegancia. El rubio elogió cada paso que la menor daba y estaba orgulloso de que hubiera avanzado mucho.

Noire: Gracias maestro Fye. 
Fye: De nada *lo mira sonriendo y ve venir a Eragon* Príncipe. 
Eragon: Hola maestro! Hola hermanita!
Noire: Iré a refrescarme  

La menor se va dejando a los dos. Fye dirigió su mirada verdosa a la gema llenos de curiosidad, algo que Eragon notó de inmediato. 

Eragon: ¿bonita verdad? 
Fye: bastante ¿qué es?
Eragon: supongo que una gema *Fye estiró sus brazos hacia él* claro *se lo da*

El hechicero trata de calcular el peso y nota que era ligeramente pesado.

Fye: ¿dónde lo encontraste?
Eragon: *se encogió de hombros* en las vertebradas de Alagaësia. 
Fye: ¿en serio? *le devuelve la gema* es un objeto curioso. Quizás y hasta valioso.
Eragon: La verdad lo que más quiero saber es qué es. *bajó la gema* me da curiosidad.
Fye: Conozco un mercader de joyas. *el rubio movió su dedo dando pequeños toques en la barbilla a modo de pensar* con suerte nos puede decir que es.
Eragon: ¿De verdad? Podríamos ir!
Fye: Okey okey pero debes prometer que no hablaras con nadie. Donde iremos es un sitio un poco...difícil.
Eragon: ¡claro!

El hechicero sujetó su báculo con la mano derecha y lo movió en círculos provocando que un humo azulado se fuera formando y creando una especie de portal, el cual permitía ver el otro mundo. Eragon visualizó una especie de caravana muy colorida.

Fye: Vamos. 

El mayor ingresó primero y después Eragon. Al pisar aquella tierra el gallade castaño pudo sentir la magia de Alagaësia recorriendo sus venas. Fye mostró su sonrisa amable y caminó guiando a su pupilo entre los pokemons y comerciantes. Eragon miró cada puesto y se sorprendió al ver incluso infinitos objetos de magia. 

Eragon: ¿Usted suele venir aquí maestro?
Fye: de vez en cuando, solo si me falta algún ingrediente para las pócimas.
Eragon: wow. 

Los dos llegan hasta un puesto donde un Thievul atendía a hermosas pokemons hembras. El comerciante ofrecía joyas inimaginable que hasta el mismo Eragon quedaba embobado ante los brillos que emanaban las perlas de un pendiente.

Thievul: Esta joya viene desde la zona más exclusiva de Alagaësia. Es fina y distintiva. Con un toque elegante.

Las hembras suspiraron al unísono de cada detalle. Eragon y Fye esperaron pacientes a que acabara la venta y el thievul se dirigió hacia el gallade.

Thievul: Amigo Fye. ¿Buscan alguna joya para alguna dama? Les puedo ofrecer esta pulsera de esmeraldas. Como verá tiene magia en cada piedra preciosa. Un amuleto de buena suerte.
Fye: Nada de eso, Merlock. De hecho necesitamos tus conocimientos.
Merlock: *los mira con interés* pasen por aquí.

El mercader los hizo pasar dentro de su tienda. Eragon miró curioso las joyas, máscaras y demás objetos. Fye se sentó frente a Merlock y luego dirigió su atención al menor.

Fye: Enseñalo.
Eragon: s-si.

El gallade sacó la esfera ovalada de la manta y lo deja sobre la mesa. El thievul mostró una sorpresa casi idéntica a la Fye y lo sostuvo entre sus patas. A primera vista se notaba que tenía peso pero para sacarse las dudas, Merlock pesó la supuesta gema confirmando sus sospechas.

Merlock: Dudo que esto sea una gema.
Eragon: ¿cómo?
Merlock: ciertamente dudo que una gema estuviera tan hueca por dentro.
Fye: *alzó su ceja* ¿disculpa?
Melock: Es muy raro ¿donde lo encontraron?
Eragon: En las vertebradas. *respondió dubitativo* 

Merlock clavó sus ojos en Eragon, el gallade sintió un frío recorrer su espalda pero ignoró la sensación. Fye se encontraba callado mirando la ahora ex gema con bastante dudas.

Merlock: Todo lo que venga de allá está maldito.
Eragon: ¿cómo?
Merlock: Éste año hemos llegado tarde a nuestros comercios en Carvanhall. Todo porque el caos reina en Alagaësia y nuestras caravanas han sido atacadas por esos úrgalos malolientes. Los bandidos están a la vuelta de la esquina y las vertebradas se han vuelto un peligro inminente. *miró fijamente al gallade castaño* debes tener cuidado, chico. Esa cosa puede traerte desgracias.

Luego de un momento, Fye y Eragon abandonaron los comercios y caminaron en silencio por el pueblo de Carvanhall. El maestro no podía quitarse de su cabeza las palabras del mercader y Eragon estaba igual.

Eragon: maestro ¿crees que lo que dijo sea cierto?
Fye: No estoy muy seguro. De momento esconde la "gema" en lo que yo averiguaré más sobre el caso. *llevó una mano a la nuca* puedes irte a pasear. Luego nos encontraremos.

El castaño movió su cabeza asintiendo y observó la gema dentro de su manta para luego sonreír. Fye se perdió entre los pokemons y dejó a su alumno a solas. El príncipe decidió hacer una recorrida por los puestos y saber más acerca de los ataques. En efecto lo que Merlock había mencionado era todo verdad y cada vendedor le repetía lo mismo: Ya no había seguridad en aquella dimensión.

Eragon: Es muy extraño. ¿Qué se supone que hace el gobernante? Me recuerda a mi abuelo por lo tirano.

El gallade percibió un aroma agradable en el ambiente y su nariz lo llevó a un puesto de dulces. Pidió varios caramelos de malta y un jarabe de chocolate. Durante la tarde se dedicó a disfrutar de la vista de Carvanhall.

1. Capitulo 1: El príncipe de las llamas. (Valir)
2. Capitulo 2: Tempestad en el Occidente (Valir)
3. Capitulo 3: Traiciones (Valir)
4. Eragon (Eragon)

En las vertebradas de Alagaësia. Eragon se dispuso a entrenar con su arco y quizás cazar algo. Al llegar a una zona amplia vio a lo lejos al grupo de ciervos del otro día.

Eragon: Ahí están.

El gallade tomó tres flechas, colocó una para tensar el arco y sostuvo las otras dos, la brisa helada sobre su rostro indicaba que Alagaësia se encontraba en pleno invierno y que pronto caería una nevada por la zona de montañas y el pueblo. 

Eragon: *apuntando a una cierva* quieta...

Cerró uno de sus ojos para enfocar el blanco y se concentró para disparar cuando un fuerte sonido rompe el ambiente. Los ciervos alzan sus orejas y se levantan huyendo despavoridos mientras tanto el castaño nota una fuerte luz resplandeciente caer del cielo rumbo a él y con un rápido accionar se lanzó a un costado salvando su vida.

Eragon: ¡Ah!

Algo provocó una fuerte explosión. Eragon espero unos momentos antes de asomar su cabeza entre las hierbas. A metros de él se podía apreciar un enorme agujero, la circunferencia alrededor del mismo se encontraba chamuscado y se percibía un fuerte olor a quemado en el aire.

Eragon: ¿qué demonios era eso?

El príncipe sujetó el arco y volvió a tensar una flecha caminando lentamente. En el centro del cráter se apreciaba una gema preciosa de tonos azulados, de forma ovalada y de unos treinta centímetros de longitud. Eragon miró indeciso si acercarse más o no pero era tan bonita y cautivadora que bajó el arco.

Eragon: *mira fijamente* que extraño... *se acerca y estira su mano* parece tan...mágico.

Los dedos del gallade tocaron aquel objeto de finas nervaduras blancas pero era tan frío al tacto que Eragon apartó la mano de inmediato. 

Eragon: brrr que helada e.e 

Por un instante pensó en irse pero algo en él le decía que debía llevarse aquella gema. Se acercó nuevamente y, cuando vio que nada malo iba a pasar, la alzó entre sus brazos y abrió un portal a Underground.

Una vez en el castillo corrió a su habitación y se encerró. Eragon previamente se cruzó a Noire por los pasillos pero ella estaba tan metida en la consola portátil de videojuegos que ni reparó en él.

Eragon: *coloca la gema sobre la cama* Quizás...me den algo por ti, puede que hasta reciba algún objeto importante. 

El castaño se tiró aún lado de la cama y cerró sus ojos cayendo dormido muy fácilmente.

1. Capitulo 1: El príncipe de las llamas. (Valir)
2. Capitulo 2: Tempestad en el Occidente (Valir)
3. Capitulo 3: Traiciones (Valir)
4. Eragon (Eragon)

En la tienda del mago Howl. Gumi y Mako llegan a Kingsbury y buscan rapido al príncipe. Son recibidos por un kirlia de nombre Mark.

Mark: ¡Amo Howl lo buscan!

La pareja entran en la tienda y ven aparecer a Eric, el gallade tenía el cabello rubio y una mirada llena de misterio.

Gumi: Buenos días príncipe. Vinimos lo más rápido que podíamos n.n 
Mako: Si hemos cruzado todo alagaësia. 
Eric: Bien chicos, tengo una misión especial para ustedes. Necesito que escolten a la princesa Arya, embajadora de los elfos, hacia una ciudad.
Arya: Gracias. *dice la Diancie clon quien traía una cesta en sus manos*

La kirlia parpadea mirado la manta blanca que cubría lo que sea que hubiera ahí dentro. Eric les indica dónde ir y después observa fijamente a los dos.

Eric: y por nada del mundo vean lo que hay debajo. Si las cosas llegan a salirse de control ustedes deben decir...

Todo alrededor de ellos se vuelve silencioso. Solo se puede ver a Eric pronunciar una palabra y a la pareja asentir. Después de un rato, Mako sube al rapidash con Arya y Gumi al suyo tomando bien firme la cesta en su mano.

Gumi: nosotros nos encargaremos owó
Arya: Gracias mago Howl.
Eric: Hasta pronto.

Los rapidash comienzan a trotar alejándose de la tienda. Gumi baja su mirada hacia la cesta y su curiosidad le indica que viera que se encontraba debajo de la manta. 

Mako: *la mira de reojo* Gumi...recuerda lo que dijo el príncipe.
Gumi: Es que me da mucha curiosidad!
Arya: Ahí dentro hay una gran esperanza. 
Gumi: uuush  u.ú <-lol

Mako sonríe viendo a su pareja y dirige su mirada al frente. Los tres se meten a un bosque alejándose de Kingsbury. Más adelante un grupo de úrgalos (grimmsnarl) comandados por un blaziken de nombre Sombra. Se encuentran ocultos mirando fijamente al frente.

Sombra: Atentos a su llegada.
Úrgalos: *asienten*

El sonido de los cascos de los rapidash golpeando el suelo los alerta. Sombra se oculta y ve como Arya, Gumi y Mako pasan transportando el objeto. Sombra fija su mirada en la cesta.

Sombra: ¡A ellos!
Gumi: ¿Ah?

Mako gira su cabeza mirando hacia atrás notado que los grimmsnarl saltan y se corren hacia ellos. Los rapidash se asustan y levantan sus patas delanteras.

Arya: ¡es una emboscada!
Mako: *jalando las riendas* ¡Alto! 
Gumi: ¡ay!

La kirlia cae de su corcel y sujeta la cesta con fuerza. Mako se preocupa a ver a su novia y cuando un úrgalo se lanza sobre ella, el gallade usa su fuego para crear una pared llameante que obliga al enemigo a retroceder.

Mako: Gumi arriba! *la sujeta de la mano*
Gumi: si!
Arya: por aquí!

Los tres corren adentrándose al bosque para huir. El blaziken gruñe al ver que se estaban yendo y ordena a los grimmsnarl ir tras ellos.

Sombra: ¡Quiero lo que custodian! ¡no vengan sin él!

Los pokemons corren y otros suben a los árboles. Sombra gruñe molesto y alza su palma hacia adelante.

Sombra: ¡Garjzla!

De su mano sale un rayo disparado hacia donde fueron los otros tres. Mako aparta a Gumi a tiempo y crea una llamarada que produce una explosión de llamas.

Gumi: ¡Auch! >.< *cae contra una piedra enorme, un úrgalo aparece y toma la cesta forcejeando* ¡Oye no! ¡suelta! 

La princesa nota que Gumi está en problemas y usa su magia.

Arya: ¡Adurna!

Unos látigos de agua golpean al enemigo que rompe la cesta con odio.

Arya: ¡Corre!
Gumi: *asiente y se levanta tomando el objeto aún cubierto por la manta*
Sombra: No van a escapar. ¡Boëtk istalri!

Al pronunciar el hechizo dos grandes llamaradas de fuego se extendieron por el bosque incendiando todo a su paso y, a la vez, creando un circulo de fuego en un amplio perímetro que encerró a Gumi, Arya y a Mako.

Arya: ¡Sigan adelante yo los detendré!
Mako: Vayan ustedes dos. Me encargaré de esto.
Gumi: No te dejaré solo!

El gallade lanza bolas de fuego hacia los enemigos y Gumi domina la naturaleza haciendo que las ramas de los árboles atacaran a los grimmsnarl. Arya toma al objeto entre sus brazos y levita tratando de huir.

Sombra: ¡Vuelve aquí! ¡Garjzla! 

Espetó con odio lanzando un rayo rojizo desde la palma de su mano y que se dirige hacia la clon quien recibe el golpe cayendo al suelo. Arya cierra sus ojos adolorida pero pronuncia una palabra en idioma antiguo. Gumi se sorprende cuando un brillo fuerte los ilumina y se deja ver un huevo grande de un tono azulado teletransportandose lejos de ellos.

Sombra: ¡NOOO!
Arya: diganle a Howl que muchas gracias... 
Gumi: ¡Princesa!

Mako entiende y sujeta a su novia para teletransportarse a otra dimensión. Sombra gruñe al ver que su plan había fracasado y sus ojos se vuelven rojo sangre.

Sombra: ¡Maldita elfa!

De las palmas salen rayos que atacan a los grimmsnarl y los mata al instante. Arya huele el aroma de la sangre y siente que su cuerpo se debilita poco a poco.

Sombra: Hare que sufras una muerte dolorosa *gruñe acercándose a ella*

La princesa cierra sus ojos y cae inconsciente, rogando que el huevo estuviera a salvo.

1. Capitulo 1: El príncipe de las llamas. (Valir)
2. Capitulo 2: Tempestad en el Occidente (Valir)
3. Capitulo 3: Traiciones (Valir)
4. Eragon (Eragon)

En un campo amplio y cerca de un bosque. Un gallade de cabello marrón apuntaba con su arco y flecha a una manada de siervos. Eragon cierra uno de sus ojos para fijar el blanco en una presa débil.

Eragon: ya casi...ya casi...

Murmura en voz baja intentando no hacer ruido y oculto entre las altas hierbas. El gallade se concentra y dispara una flecha pero el repentino sonido de unos rapidash lo distraen y provoca que desvíe el tiro hacia un costado alertando a los siervos que huyen despavoridos al bosque. 

Eragon: ¡Maldición!
???: Príncipe, no hemos entrenado tanto para que falle el tiro. n.n 

Eragon mira hacia un costado viendo a Gumi y Mako sobre los rapidash. El castaño se levanta y sacude su ropa por la tierra.

Eragon: Perdi la práctica. *bromea mirándolos* ¿qué hacen aquí?
Mako: El príncipe nos mandó a llamar.
Gumi: Su padre tiene una importante misión *mira a Mako* ¿verdad cariño?
Mako: así es. Estábamos yendo para Kingsbury, anda en la tienda.
Eragon: ¿mi padre está en Ignary? *se queda en silencio pero al final sonríe* entiendo. Bueno no lo hagan esperar ya saben como se pone.
Gumi: cierto *rie un poco* hasta luego príncipe! Siga entrenando!

Ambos se van siguiendo el sendero y dejan al castaño a solas. Eragon oye su estómago gruñir y suspira frotando una de las manos en su barriga. Luego se dirige hacia el bosque buscando algo que comer. 

Al cabo de un rato logra encontrar unas bayas frambu, unas manzanas y un río para refrescarse. Guarda en su morral un par de manzanas para Haku quien era muy buena haciendo tartas de manzanas y, cuando Eragon tenía la oportunidad de ir a Alagaësia, siempre pedía frutas de aquella dimensión.

Eragon: Seguro hará su especialidad para todos. 

Al caer la noche el príncipe abre el portal a Underground y llega cuando el sol está saliendo. Alagaësia era como la contraparte de Underground, cuando ahí era de noche en la dimensión de su abuelo era de día. Eragon busca con la mirada a su familia pero no estaban por ningún lado. 

Eragon: Que extraño. ¿Estarán aún durmiendo?

El príncipe se dirige al jardín donde encuentra a Natsume junto al general Ike. El blaziken siempre estaba protegiendo a su hermana mayor en todo momento.

Eragon: ¿interrumpo?
Natsume: *da un respingo y voltea a verlo* ¡Eragon! Que susto... >.>
Eragon: *mira a Ike* veo que estaban ocupados
Ike: Buenos días príncipe Eragon.
Eragon: Hmp... buenos días. *murmura y mira a su hermana* 
Natsume: Ike vino a buscarme...*sonrie nerviosa* es que iré al pueblo. n.ñ
Eragon: Aaah entiendo.
Ike: Además la princesa tiene buen gusto para las compras. <-LOL
Natsume: ¡I-Ike! *se avergüenza*
Eragon: Vaya, vaya...así que salen varias veces *mira a la mayor y esboza una sonrisa divertida* interesante. A papá le encantaría saberlo.
Natsume: *piensa en Eric* A-Ah mejor no n.ñ <-padre celoso lol

Eragon decide dejar de molestar a Natsume y se retira dando privacidad a la pareja. Al rato logra ver a una kirlia morocha entrenar.

Eragon: Ahí estás hermana!
Noire: *se gira hacia él y le coloca el filo de la espada en el cuello* un paso más y estarías muerto.
Eragon: Menos mal que no lo di n_ñ *sonrie nervioso y aparta el arma con la mano* ¿dónde está mamá?
Noire: Fue con Haku a ver unas cosas...algo así *mueve su espada cortando el aire* supongo que tardarán en volver. *mira de reojo al gallade* ¿has practicado tu magia?
Eragon: No del todo *se estira* El maestro Fye está ausente.
Noire: Deberías hacerlo. 
Eragon: De acuerdo 

El mayor se aleja y camina rumbo al castillo donde los goblins estaban corriendo de un lado a otro buscando complacer al rey Jareth. Parecia que el abuelo se había despertado de mal humor.

Eragon: pobres. <-lol

El príncipe entra en su recámara y deja las armas aún lado para tirarse sobre la cama agotado. Eragon cierra sus ojos y cae dormido.

1. Capitulo 1: El príncipe de las llamas. (Valir)
2. Capitulo 2: Tempestad en el Occidente (Valir)
3. Capitulo 3: Traiciones (Valir)
4. 

Valir corrio por los pasillos hasta meterse dentro de una habitación de limpieza y luego abrió la unica ventana que existía.

—Debo dejarme caer.—murmuro mirando hacia la parte de abajo notando que era una caída lo bastante dolorosa si algo salía mal— ...

—¡Busquen al príncipe!—oyó la voz de un soldado junto a varios pasos apresurados—¡Ahora!

Valir no lo pensó más y se lanzó al vacío mientras cubre su rostro con ambos brazos pero extrañamente no siente dolor al caer y parpadea confundido viendo que ya estaba en el suelo como por arte de magia.

—¿uh?—mira confundido sus manos en el hierba—

—¡ahí esta!—dijo uno de los soldados—

Valir se levanta con fuerzas y comienza a correr yendo directo al bosque, ingresa en él con la esperanza de encontrar alguna salida. El Braixen usa sus llamas azules para quemar parte de unos árboles y así que las ramas cayeran bloqueando el camino.

—Genial, eso me dará tiempo.—pensó corriendo aunque luego saca un libro entre sus ropas—Necesito huir pronto.

Abrió el libro que contenía muchos conjuros en un idioma extraño y luego recita un hechizo abriendo un portal a lo lejos del cual ni siquiera sabía dónde se dirigía ni de donde provenía.

—¡Por aquí!—gritó un solado a lo lejos—

Los pasos y cabalgata de Rapidash le indicaban al príncipe que no tenía mucho tiempo. Valir guardó el libro entre sus ropas y recordó la imagen de su madre.

—Lo siento madre, sé que querías verme gobernar el reino pero...—piensa en Tzafrir y aprieta sus puños—...Juro volver.

—¡Valir! ¡Quedas arrestado en nombre del Rey Tzafrir!

El Braixen traspasa el portal de un salto pero una de las lanzas que le arrojan logra dañar uno de los brazos e incluso una flecha se incrusta en una de sus piernas provocando que pierda el equilibrio al pasar. 

—¡Arg!

Valir cae rodando por una cuesta abajo y golpea su cuerpo contra varias piedras de gran tamaño. El Braixen aterriza en la orilla de una playa bajo uno de los muelles de madera en el puerto de la región pikaflash. 

—Ngh..

El príncipe siente en su boca el sabor metálico de la sangre y sus ojos ven borrosamente como el portal se cierra antes que los guardias pasaran por él. Valir respira agitado y adolorido, a merced de quien fuera que lo encontrara. 

Se sentía muerto en vida, sin hogar, sin familia. Todo pasó tan rápido que ni siquiera sabía si aquello había sucedido. 

1. Capitulo 1: El príncipe de las llamas. (Valir)
2. Capitulo 2: Tempestad en el Occidente (Valir)
3. Capitulo 3: Traiciones (Valir)
4. 

Los aldeanos estaban asustado, los militares se encontraban a nada de llegar a Agelta para poner fin a la tiranía de Flames. Valir se hallaba a lo lejos del pueblo cuando observó un humo oscuro alzándose al cielo.

—Eso proviene de...

En el reino Flames se encontraba de rodillas en el suelo del salón ya sin cordura evidente. El rey no podía moverse, no tenía forma de pedir ayuda pero sabía que de esa no saldría con vida.

En el pueblo los soldados aparecen liderados por el rey de los vientos Tzafrir. El medicham y su hijo se encontraban montados en dos rapidash y vieron a todos los pokemons huir de las calles en busca de refugio y caos provocado por los soldados que quemaron casas y tiendas a su paso.

—¡Hay que entrar al castillo!—ordenó el rey mientras alzó su espada y sus seguidores gritaron al viento "¡Si,señor!"—Es hora de acabar con la vida de Flames. 

Vale apretó las riendas de su caballo al escuchar la frialdad de su padre pero lo siguió detrás sin poner resistencia.

—No le hagas nada a Valir, papá—pidió casi en una clemencia.—Solo te pido eso...

—Su hijo trajo desgracias, Vale.—el rey observó por el rabillo del ojo al menor—Pero si tu me lo pides no le haré nada.

Vale sintió un gran alivio al escuchar la promesa y siguió a su padre rumbo al palacio de las llamas.


En el bosque Valir corrió rumbo al pueblo queriendo descubrir que pasaba pero al llegar encontró a los militares atacando a sus aldeanos con lanzas y espadas afiladas entre risas de burla e insultos descarados.

—¡Basta ya!

El príncipe generó su fuego para ayudar a salvar a un pichu que casi iba a morir a manos de ellos. Los soldados ven al contrario y se lanzan atacarlo pero el menor esquivó los ataques y usó su rama para bloquear los espadasos con rapidez. Su arma era irrompible debido a un conjuro que le colocó tiempo atrás. 

—Llegas tarde príncipe. Tu padre no saldrá con tu suerte.—exclamó uno de los soldados de forma malvada.

—¿padre?—reaccionó y golpeo a la soldados con sus llamas—¡Padre!

El Braixen logró vencer a los soldados que estaban rodeandolo y corrió hacia el palacio lo mas rápido que pudo encontrando una escena caótica al ingresar a su hogar: Todos los sirvientes se encontraban ejecutados en el piso. Desde madres y los niños de éstas. Valir apretó sus puños al sentir mucha rabia en su cuerpo.

—¿Quién fue...? ¡¿QUIÉN LO ORDENÓ?!—gritó con furia provocando que el eco llegara hasta los oídos de Vale. 

El medicham sintió un sudor frío cuando escuchó a su amigo en la parte de abajo.—No...Valir.—susurró con nervios deteniendo su andar.

—Vamos hijo. Acabemos con esto de una vez.—el rey Tzafrir entró al salón donde Flames se encontraba ya vencido a su suerte—Es hora de que este reino tenga un nuevo sucesor.

El rey sañcó su espada de la funda y después apoyó la hoja tras la nuca del Blaziken para preparar el golpe. Vale cerró sus ojos queriendo no presenciar la masacre que su propio padre haría.

El sonido de la espada cortó el aire en un segundo. Vale oyó caer algo al suelo y supo que su padre lo había hecho. Valir golpeó la puerta del salón con una patada y al entrar ve la escena de su progenitor en el suelo, ejecutado por la espada manchada de Tzafrir. 

—Tu...¡TÚ!

Valir rugió en cólera encendiendo sus manos en llamas azules y atacando al rey de los vientos pero las llamas del príncipe no dañaron al traidor debido a que una pared de viento se alzó frente al asesino parando la magia.

Valir abrió sus ojos sorprendido y giró el rostro notado al medicham con sus brazos al frente a unos escasos pasos de él—Vale...—murmuró viendo a su amigo defender al culpable.

—No dejaré que lastimes a mi padre, Valir.

—¡¿Qué estas diciendo?!—gritó furioso mientras sus llamas crecían como látigos amenazantes.

—Joven príncipe o quizás deba llamarte ¿El asesino de tu padre?—preguntó Tzafrir con burla— Si, quizás ese último apodo te queda mejor, al fin y al cabo solo has traído desgracias al reino. Desde tu madre hasta tu propio padre ¿quién lo diría? Has arruinado todo lo que pisas y tocas.

Valir escuchó detrás de él como los soldados entraron al salón armados y apretó sus puños mientras escuchaba el "Estas arrestado" por parte de ellos. El Braixen sentía que todo era una pesadilla y más aún que su amigo le hubiese clavado un puñal por la espalda al traicionar su confianza.

—Entrégate sin poner resistencia y quizás recibas un juicio justo.—el medicham mayor sonrió con burla sabiendo que sus palabras eran pura mentira— Ahora.

Valir observó el cuerpo de su padre, pensó en su madre y luego apretó sus puños a cada lado de su cuerpo—No lo haré.

—¿que dijiste?

—¡No lo haré!

Valir creó un torbellino de fuego que azotó a los soldados de la puerta quemandolos y también obligó a Vale a retroceder. El Braixen aprovechó el momento para huir por uno de los pasillo intentando escapar del palacio que comenzaba a quemarse por culpa de su fuego.

—¡Vayan por él! ¡Traerlo vivo o muerto!—ordenó el medicham tomando la corona de Flames— ¡A partir de ahora yo seré el rey de Agelta y el mundo!

—¡Padre no!—Vale se preocupa al escuchar las órdenes y como los soldados van tras su amigo—¡Padre lo habías prometido!—el medicham menor rogó al contrario que no lastimara a Valir.

—Él jamás fue tu amigo.—dijo tomando la barbilla del otro—Esté será nuestro nuevo hogar. Olvidate de lo que alguna vez hubo aquí.

Vale desvío su mirada cuando escuchó la risa irónica del mayor y sus seguidores entraron alabando al tirano.— ¡vete lejos, hermano!

1. Capitulo 1: El príncipe de las llamas. (Valir)
2. Capitulo 2: Tempestad en el Occidente (Valir)
3. Capitulo 3: Traiciones (Valir)
4.

La muerte de Candace no fue inesperada. La reina cayó en coma debido a una fuerte enfermedad de la cual no pudo salir adelante.

—Madre...—murmuró Valir a punto de quebrar.

El príncipe quedó aislado de todos aquellos que se acercaron a darle la condolencia a Flames. El rey no mostraba tristeza ni ninguna otra emoción. Era como ver un muñeco parado sin hacer nada y con la mirada perdida.

Los primeros días fueron muy difíciles para el joven heredero al trono. Los sirvientes hicieron caso a todos los rumores alrededor de Valir. El Braixen podía escuchar, cuando a sus espalda, los sirvientes comentaba sobre la muerte de Candace por culpa de él. 

El joven Vale aún continúo junto a su amigo para no dejarlo solo en tan difícil momento pero las veces que los veían juntos pedían a los dioses que el príncipe del viento se alejará de una vez por todas de Valir. 

—Son unos idiotas.—dijo seguro junto al braixen—Somos amigos y eso nada lo cambiará.


La semana siguiente al fallecimiento de la consorte, Flames ordenó atacar uno de los pueblos cercanos a Moniyan. Valir intentó hacer recapacitar a su padre pero no había forma de hacerlo entrar en razón.

—No deberías meterte en asuntos que no te incumben, príncipe—dijo Tzafrir con sus brazos tras la espalda y su traje militar pulcro—Menos ahora que tu padre debe mantener su mente en la campaña.

—No es necesario hacer una guerra. Ya tenemos mucho como para poder pensar en nuestro pueblo.—el joven Valir miró fijamente al padre de su amigo—Solo causa dolor en otros pokemons.

—¿Acaso estas dándome un sermón príncipe?—preguntó alzando su ceja con ironía—No olvides que tu posición ahora no es muy favorable. Solo cierra la boca y deja actuar a los mayores.

—¿Qué esta...?

—¿Crees que no se de lo que hablan en el reino?—Tzafrir sonrio de lado—¿Qué por tu culpa Candace enfermó?

—Yo no hice eso.—el Braixen retrocedió al ver que el rey se acercaba más—Jamás quise que mi madre enfermará.

—Tu padre te odia. Él sabe que tuviste algo que ver.—el medicham miró al menor fijamente—Tu causaste el dolor a tu propia familia.

—Yo...—Valir se queda sin palabras confundido consigo mismo.

El medicham sonrió de lado y entró a la oficina de Flames cerrando la puerta. Valir agachó su mirada sintiéndose miserable por la muerte de delphox y el causante de tantas desgracias en el reino. 

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4.

Las noticias sobre un nuevo ataque por parte del Reino de Agelta llegaron a los oídos del Rey Aurelio ll el cual ahora si no permitiría que Flames saliera con la suya, menos cuando su amada esposa estaba embarazada. 


Aurelio ordenó una junta privada entre los monarcas con el fin de  dar una solución que no conllevará tener que enfrentarse. Flames se negó a ir pero en su lugar asistió Tzafrir.

—Si Flames no detiene su osadía tendré que tomar el asunto con mis propias manos.—Aurelio ll apoyó sus puños sobre la mesa, el alakazam miró seriamente al medicham—La guerra no es una solución. Solo trae tragedias y desdichas.

Tzafrir sonrió por dentro.—Lo entiendo, Aurelio.—fingió sorpresa e indignación—No puedo creer que Flames llegará a tanto.—el rey de los vientos llevó una mano a su pecho—Créame cuando le digo que no sabía nada de lo que pasaba y mucho menos de los planes de conquista de Flames.

—De acuerdo, te creo pero esta es una última advertencia.—dijo Aurelio seriamente—Espero que Flames recapacite por el bien de todos.

El medicham se levantó de su asiento y abandonó el despacho de Aurelio ll con todos sus escoltas. El rey de los vientos sonrió de lado pensando que el plan iba sobre la marcha y que tan solo necesitaba un empujón para que la chispa encendiera.


Bastaba con decir una mentira, con manejar las palabras correctas y el diálogo indicado para que Flames echara su enojó contra el Rey de Moniyan. Juró, ante su mejor amigo Tzafrir, que derrocaria al viejo alakazam y que se volveria el más fuerte de todos. En el pueblo las voces corrían acerca de la salud de la reina Candace, muchos culpaban a Valir debido a que su nacimiento no produjo más que problemas y que quizás era el causante de la sequía en las cosechas.

— Ese príncipe está maldito. 

— No puedo creer que nuestra reina se esté apagando.

— Mirenlo, paseando por el pueblo.

Varios pokemons se juntaron para difamar a Valir, los dos amigos salieron del palacio para despejar su mente en el pueblo pero parecía no ser una buena idea. El Braixen avanzó todo lo que pudo hasta que la voz de un Ampharos le hizo detener.

Vale se giró hacia su amigo.— ¿Valir?

— Su madre se esta muriendo y él no muestra señal de tristeza. 

Valir apretó sus puños y se giró hacia el Ampharos para atacarlo con un puñetazo directo al rostro lo que provocó que varios aldeanos se acercaran y espantaran por la violencia del príncipe.

—¡Vuelve a repetirlo!—rugió en cólera golpeando al Ampharos—¡Dilo! 

—¡Valir para!—el medicham agarró uno de los brazos del Braixen y lo separó con esfuerzo—¡¿qué estas haciendo?!

—¡Ahí lo ven! ¡es violento!—siseo el Ampharos retrocediendo en el suelo—¡Es un príncipe maldito!

—¡¿Mi madre no se esta muriendo, de acuerdo?!—gruñó quitando su brazo de las manos de Vale—¡No vuelas a decir algo así!

—¡Tu nacimiento trajo desgracias!—gritó una kirlia en el fondo.

—¡No hay época de cosecha! ¡Has traído la mala suerte!—segundeo un machoke.

Vale y Valir son rodeados por el tumulto de pokemons enfurecidos, El medicham se pone en pose de lucha pero Valir agacha su cabeza apretando los puños. 

—¡Ustedes no saben nada!

De repente el príncipe hace aparecer llamas azules de sus manos en forma de fuertes ráfagas de fuego que los obligó a retroceder, Valir salió corriendo mientras una línea de fuego azul separaba al príncipe de los aldeanos e incluso de Vale.

— Valir...

1. Capitulo 1: El príncipe de las llamas. (Valir)
2. Capitulo 2: Tempestad en el Occidente (valir)
3.

Vale era todo un medicham, de porte noble y firme, siempre le habían inculcado que era la viva imagen de su padre y la mayoría lo confirmaban. Valir sonrió cuando su amigo se presentó en el palacio con su nueva apariencia y ambos chocaron palmas al cruzarse.

—Me enteré que la reina esta delicada—dijo caminando con Valir por uno de los pasillos del reino—¿Cómo se encuentra el rey Flames?

—Mi padre se enojó con ella, dijo que no era momento de sentirse mal.—respondió Valir caminando cabiz bajo—Antes mi padre no era así.

Vale miró de reojo al príncipe—¿A que te refieres?

—Mi padre era todo lo contrario a lo que es ahora, antes era feliz y no se enojaba con facilidad.—recordó pequeños momentos casi fugaces en los que Flames acariciaba la cabeza de su hijo y Candace reia tierna viendolos—Algo pasó que lo hizo cambiar.

El medicham guardó sus manos tras la espalda con un semblante inquieto. Valir estaba tan adentrado en sus pensamientos que en ningún momento vio los gestos de su compañero. 

—De hecho esta empeorando desde que tu padre viene seguido al reino.—murmuró casi sin darse cuenta que lo decía en voz alta y esto provocó que Vale se detuviera en seco.

—¿Acaso estas culpando a mi padre por esto?—preguntó con agresividad en su voz.

—Por supuesto que no.—el braixen enfrentó al medicham—...Tu padre y el mío son amigos desde hace mucho. Quise decir otra cosa, no acusé a nadie.

El príncipe de los vientos entrecerró sus ojos ante lo que su amigo decía y al final dejaron de lado aquella conversación.


En el salón de los reyes de Agelta, el medicham de nombre Tzafrir se encontraba aún lado de Flames, quien solo veía un mapa plegado en la mesa que mostraba todos los reinos de la Tierra del Amanecer. Cada uno y sus reyes como también aquellos que logró conquistar de un día para el otro. 

—Te felicito por tu victoria.—dijo Tzafrir con aire de superioridad—No creí que pudieras hacerlo.

—Este mundo necesita nuevos gobernantes.—el blaziken clavó sus garras en el mapa—No monarcas débiles que piensan en sus pueblos derrochando sus monedas en pobres infelices que seguro por otro poco se rebelan. 

—Si, te entiendo amigo...—el medicham sonrió de lado mientras miraba a su camarada palmeando la espalda ajena con desdén y algo de burla—¿Quieres un consejo?

Flames se quedó en silencio sin siquiera responder. El medicham se inclinó hacia él para murmurar en su oído.—Debes ir por algo mucho más grande, más codiciado y que de seguro te pondrá en el centro de la atención de muchos reinos lejanos...—Flames miró de reojo a su amigo—...Ve por ellos.

El rey de los vientos apuntó con su dedo directamente sobre el centro. En el mapa se podía ver un escudo y un castillo dibujados bajo el nombre del "Imperio Moniyan" y por lo tanto la familia real más poderosa de la dimensión.

— ....

El Blaziken se quedó mudo sin decir nada pero Tzafrir sabía muy bien que sus palabras habían perforado el interior del monarca.

Tan solo debía sentarse a esperar que su buen amigo de la infancia tomará la espada y ordenará la masacre.

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3.

Los meses siguientes Flames ocupó la mitad del territorio del desierto. Las noticias de un rey tirano llegaron hasta los oídos de los reyes de Moniyan quienes ordenaron mantener a los militares cubriendo las fronteras para evitar una invasión en la capital.

Valir y Vale se encontraban en uno de los jardines del palacio, el fennekin logró controlar su fuego con paciencia y perseverancia por lo que ambos amigos estaban festejando entre risas cuando de repente Vale ve pasar a su padre junto con algunos guardias de la corona. El meditite se queda en silencio al ver el rostro serio del medicham al pasar.

—¿papá?—preguntó Vale confundido—

—Tu padre suele venir mucho, no me extraña—manifestó Valir mientras observaba al contrario—Nuestros padres son viejos conocidos y amigos así que lo veo normal. Anda vamos a entrenar.

El meditite asintió mientras dejaba de pensar en su padre, ambos amigos se concentraron en entrenar a pesar de que pronto caería una llovía torrencial. 


El invierno llegó en las tierras de Agelta pero, a diferencia de otros países, en el reino no había mayores cambios. Valir corrió por los pasillos dejando ver su nuevo cuerpo. El pequeño príncipe de las llamas habia evolucionado en un Braixen y todos en el palacio felicitaron al menor.

—¡Madre! ¡madre!

Llamó con fuerzas al entrar en la habitación pero esta vez Candace no se encontraba caminando por los pasillos o arreglando flores en el jardin, aquello estaba lejos de lo que a Valir le hubiese gustado ver. 

La delphox se encontraba en la cama con una fiebre muy preocupante. Uno de los médicos se hallaba junto a la reina intentando en vano bajar la temperatura y su rostro parecía intranquilo e impaciente. 

—¿Que sucede?

Al ver al príncipe se levantó de la silla para dejarles privacidad, no sin antes retirar las cosas que usaba para intentar calmar a la reina. Valir se acercó a su madre y le sujetó la mano con firmeza queriendo que la mayor le sintiera.

—Mi pequeño príncipe ahora es todo un rey—expresó con cansancio mientras veía a su hijo evolucionado—...Lamento que tengas que ver a tu madre en este estado.

—No digas eso, estás enferma...te dije que no salieras al jardín de noche con estos climas fríos—el menor esbozó una pequeña sonrisa triste tapando a la monarca con una de las sábanas—...pronto te sentirás mejor. ¿Si?

—No estoy muy segura de eso, pequeño...—la reina acarició el rostro del braixen con ternura—...aún así quiero que sepas que eres mi tesoro, no debes permitir que alguien te lastime...

Valir sintió un dolor punzante en su pecho al escuchar las palabras de Candace como una despedida. La reina sonrió triste al notar que sus palabras habían calado en el contrario de forma directa.

—...Estaré bien, Valir—prosiguió ante el silencio sepulcral de la habitación—No me rendiré tan fácil ante un resfriado ¿cierto?

El príncipe relajó su postura al escuchar el optimismo de su madre y asintió más calmado cuando ella dejó escapar una risita suave aunque el menor no previó que ese momento sería el último que se repetiría entre madre e hijo.

1. Capitulo 1: El príncipe de las llamas. (Valir)
2. Capitulo 2: Tempestad en el Occidente (valir)
3.

El desierto del occidente mantiene un vasto territorio a lo largo de La tierra del amanecer. Uno de sus sitios más emblemáticos es el conocido laberinto de Minos. Un sitio muy interesante cuanto menos debido a sus tesoros ocultos y rivales monstruosos. Valir y Vale entrenaban cerca de aquel lugar ya que según ellos sentían una energía particular venir de aquel sitio.

—¡Ahí va!—Vale creó entre sus manos una bola de energía ventosa y la lanzó hacia Valir.

El fennekin esquivó la primera y después la segunda usando su magia de fuego para contrarrestar pero Vale era mucho más habilidoso por lo cual varias veces ganaba los encuentros con facilidad. A pesar de todo Valir jamás había mostrado enojo ni reclamado nada.

—Eres un príncipe raro—dijo Vale riendo y recibiendo un golpe por parte de Valir.

De repente unos guardias se acercaron a ambos amigos, los mismos informan que el príncipe Vale debia irse a su reino y que Valir debía ir con ellos para regresar al palacio. El fennekin se extrañó por tal orden pero ambos príncipes se despidieron para ir a sus respectivos reinos. 


En el palacio, Flames había mandado más soldados a combatir contra uno de los reinos del norte. Organizó cada ataque y según él nada podía salir mal. 

—Algún día todo esto será tuyo, Valir.—exclamó Flames con desdén—Aunque seas una amenaza...—el hijo agachó las orejas—Eres el único heredero al trono y por eso mismo debes saber que para triunfar debes combatir.

Valir apretó sus dientes al escuchar la voz tan fría de su progenitor que parecía cegado por el poder de gobernar un reino o más bien el mundo.

—No importa quien sea el rival, si hay mujeres o niños en la guerra lo que buscamos es ser los más fuertes y así mantenernos en lo alto.—el Blaziken golpeó la mesa haciendo que Valir diera un ligero brinco—No existe los débiles en nuestro reino. Recuerda eso. 

El menor apretó sus patas delanteras contra el suelo sintiendo impotencia por el accionar de su padre. Incluso su madre Candace le había pedido que dejara de lado la guerra y que ya tenían suficiente como para tener una vida próspera. Ese día fue la primera vez en que su padre levantó la mano contra su madre teniéndo al menor delante. 

—Ma...—Valir se quedó paralizado—

Candace miró a su hijo musitando un breve "estoy bien" y se levantó del suelo con enteresa. Flames le ordenó encerrarse en la habitación y no meterse en donde nadie le llamaba, que no le temblaria la voz si debía ordenar ejecutarla.

1. Capitulo 1: El príncipe de las llamas. (Valir)
2.

Los días pasaron con normalidad, Valir se había vuelto un niño muy activo y aventurero, haciendo desastres y sacando de quicio a más de un empleado. Sus días en el reino eran entretenidos aunque al empezar a usar su magia algunas cosas se volvían un caos.

Valir no podía controlar su magia perfectamente perdiendo el control en más de una ocasión. Flames le reclamó muchas veces que sino dominaba su elemento solo seria una amenaza para el reino de Agelta provocando la sensación de culpa en su propio hijo. 

—Lo siento padre...


Durante una de las fiestas nobles Valir fue saludado por muchos invitados, sus padres estaban con otros reyes hablando sobre cosas de la milicia cuando el joven príncipe choca contra un pokemon.

—Auch eso dolió—gimoteó el fennekin frotando su pata en la cabeza—

—¡Perdón príncipe!—escuchó una voz dirigirse muy formal hacia él—No fue mi intención chocar con usted.

Valir dirigió su mirada hacia donde provenía la voz chillona encontrándose un meditite con ropas casi orientales. El joven era nada más y nada menos que Vale, hijo de los reyes del valle de los vientos y por lo tanto uno de los aliados de su padre.

—Eh, no te preocupe.—dijo sincero mostrando una de sus mejores sonrisas—Además tampoco me fijaba por donde iba—prosiguió algo avergonzado por su torpe accionar.

—Tampoco estaba muy concentrado en mi camino—admitió Vale mientras reia—De hecho me estoy aburriendo bastante.

—¡Yo igual!

Ambos príncipes rieron en voz baja para no atraer la mirada de aburridos nobles que estaban muy pendientes de sus cosas que de los dos príncipes. 


Vale era muy respetuoso y calmado mientras que Valir era la chispa de energía cuando ambos se juntaban. Sus padres estaban muy "felices" de saber que sus hijos eran amigos y por lo tanto que ambos reinos podían seguir en buenos términos un tiempo más. 


En una tarde de otoño Valir brinca sobre un montón de hojas secas mientras Vale usaba su magia de viento para crear remolinos alrededor del príncipe. 

—Me sorprende que aún no puedas manejar tu magia, Valir—el meditite movió sus manos con destreza— ¿tu padre no te ha enseñado aún?

Valir salió del montón de hojas danzarinas al escuchar esa pregunta. El fennekin agachó sus orejas al tener que responder una pregunta tan directa. Vale al notar que su amigo estaba en silencio decidió parar con su magia y acercarse.

—¿Quieres contarme?—preguntó sentándose a su lado—Valir somos amigos puedes decirme si algo te preocupa.

—Es que...—el príncipe miró el suelo—Mi padre no me ha querido orientar, estoy intentando hacerlo por mi cuenta e incluso mi madre quiso instruirme pero mi padre no se lo permitió.

—El rey Flames es muy...—el príncipe de los vientos no quería sonar irrespetuoso—...¿estricto? Deberías hablarle de nuevo con él.

Valir desvió su cabeza observando otra dirección para evitar seguir y luego se lanzó corriendo yéndose del jardín ante la sorpresa de Vale.

—¡Esperame!—dijo levantándose para ir tras su amigo.

Valir no quería pensar en su padre y tampoco quería volver a soportar la mirada tan fría del mayor. Se juró a sí mismo poder superar sus problemas por si solo sin ayuda de terceros.

La Tierra del Amanecer, una dimensión próspera por sus más ocultos tesoros se encuentran los lugares más ricos y distintivos de la región, desde el imperio Moniyan donde aguarda la familia real pasando por los congelados valles del Norte hasta una ciudad japonesa llamada Cadia Riverlands. 

Pero en ninguno de estos sitio es donde se desarrolla nuestra historia, tan solo hay que explorar los paisajes arenosos del occidente hasta llegar a las tierras secas de Agelta donde se encontraba el Reino del Fuego o también conocido como la garganta flameante, un país hermoso y con una riqueza sin igual.

Los pokemons que vivían en ese lugar eran aquellos que podían soportar las altas temperaturas de día y el frío arrasador de la noche. La familia real era muy respetada, el Rey Flames era un blaziken dentro de la milicia que había logrado expandir su reino por sobre otros en tan poco tiempo.

Durante la época de conquista su amada esposa Candace, una delphox muy hermosa hija de un sacerdote, había quedado embarazada trayendo felicidad al palacio y al mismísimo rey que prometió en voz alta que su descendencia  viviría una vida llena de buenaventura pero lo que nadie pudo prevenir sería que su codicia lo cegaria al punto de volverlo loco.

Palacio de Fuego > Nacimiento. 

Las sirvientas corrieron por el pasillo mientras las voces se alzaban entre el personal, la reina Candace estaba a punto de dar a luz por lo que Flames ordenó que los mejores médicos del país atendieran a su amada esposa y que si algo salía mal lo pagarían con su vida. 

Afuera del palacio los habitantes se conglomeraron en la puerta para poder saber las noticias del nuevo príncipe o princesa.

Las horas pasaron hasta que un llanto inundó la habitación de los monarcas, Candace había dado a luz un pequeño fennekin a quien llamó Valir el cual se encontraba en excelente salud. 

—Mi pequeño príncipe—murmuró dandole un pequeño besito algo exhausta por el labor—

Flames ordenó hacer una fiesta en honor al príncipe Valir, todo el país alzó su voz en alegría por el nuevo sucesor al trono y larga vida a los reyes de Agelta. El blaziken sonrió de forma irónica sabiendo que su imperio aún seguiría por mucho tiempo más.