#ChildOfLight
~Aurora POV~
Cuando abrí los ojos me di cuenta que estaba atrapada en una jaula, en la parte superior de un sitio oscuro y tenebroso.
—¿Arrow? ¿Forecast?
Estaba completamente sola. Recordé la traición de Norah/Nox y luego pensé en Arrow y Forecast: ¿qué le habría pasado a ellos? Todo eso me hizo sentir muy triste, vi la flauta que aún tenía conmigo, la tomé y comencé a tocar la sencilla canción que le había escuchado tocar a la Alicorn de mi sueño.
—Esa es la canción de la reina de la luz —escuché a una voz decir.
Miré quién hablaba: era una especie de monstruo peludo parado en dos patas. Se veía un poco aterrador.
—¿Cómo conoces esa canción? —me preguntó él.
—La escuché en un sueño —respondí—. Mi "madre" en ese sueño me la enseñó.
Él me miró detenidamente, como si me analizara. ¿Qué me diría?
—Mi nombre es Óengus —habló después del largo silencio—. Soy el guardián de la reina Umbra.
—¡Entonces también eres malo! —contesté. Era obvio que no debía hablar con él.
—No soy malo —dijo él—, o al menos no intento hacerlo a propósito. La reina Umbra atrapó a mi pueblo y me obligó a servirle si no quería ser también un prisionero.
Yo seguía sin confiar en el. Después de todo, sus colmillos se veían filosos.
—Conocí a tu madre —dijo Óengus.
—¿A Dark Saya? —pregunté y se me hizo extraño que mi madre supiera de él o de este lugar, para empezar.
—¿Dark Saya? —contestó él.
—Sí, eso fue lo que pregunté. Dark Saya es mi madre, ¿cómo la conoces? Nunca me habló de ti.
Óengus me miró en silencio antes de volver a hablar.
—Ya entiendo.
—¿Qué cosa? —ese monstruo peludo era cada vez más raro.
—Te dejaré salir —lo que dijo me impresionó—. Deja el castillo, enfrenta al mundo por lo que es en realidad y encuentra tu verdadero hogar.
—Mi hogar es en Ponyville.
—Te ayudaré con una sola condición —dijo él.
—¿Cuál es?
—Combate la oscuridad con tu luz y ayúdame a salvar a mi pueblo.
—Lo haré si me dices dónde están mis amigos.
Óengus abrió la puerta de mi jaula y empezó a avanzar hacia una parte del castillo.
—Ven conmigo.
Ambos bajamos por unas escaleras de caracol hechas de piedra mientras procurábamos no hacer ruido para no ser descubiertos. Finalmente, llegamos a un sótano. Él abrió el candado de una puerta metálica y me dejó entrar: ahí, Arrow y Forecast se encontraban encerrados en jaulas colgantes.
—¡Aurora! —Forecast fue el primero en verme.
—¡Chicos!
Óengus los liberó así que ellos se reunieron conmigo.
—¿Estás bien? —preguntó Arrow.
—Sí, tenemos que salir de aquí.
—¿Quién es él? —Forecast veía al monstruo peludo con curiosidad.
—Te explicaré luego, ¡vamos!
~Aurora POV~
Cuando abrí los ojos me di cuenta que estaba atrapada en una jaula, en la parte superior de un sitio oscuro y tenebroso.
—¿Arrow? ¿Forecast?
Estaba completamente sola. Recordé la traición de Norah/Nox y luego pensé en Arrow y Forecast: ¿qué le habría pasado a ellos? Todo eso me hizo sentir muy triste, vi la flauta que aún tenía conmigo, la tomé y comencé a tocar la sencilla canción que le había escuchado tocar a la Alicorn de mi sueño.
—Esa es la canción de la reina de la luz —escuché a una voz decir.
Miré quién hablaba: era una especie de monstruo peludo parado en dos patas. Se veía un poco aterrador.
—¿Cómo conoces esa canción? —me preguntó él.
—La escuché en un sueño —respondí—. Mi "madre" en ese sueño me la enseñó.
Él me miró detenidamente, como si me analizara. ¿Qué me diría?
—Mi nombre es Óengus —habló después del largo silencio—. Soy el guardián de la reina Umbra.
—¡Entonces también eres malo! —contesté. Era obvio que no debía hablar con él.
—No soy malo —dijo él—, o al menos no intento hacerlo a propósito. La reina Umbra atrapó a mi pueblo y me obligó a servirle si no quería ser también un prisionero.
Yo seguía sin confiar en el. Después de todo, sus colmillos se veían filosos.
—Conocí a tu madre —dijo Óengus.
—¿A Dark Saya? —pregunté y se me hizo extraño que mi madre supiera de él o de este lugar, para empezar.
—¿Dark Saya? —contestó él.
—Sí, eso fue lo que pregunté. Dark Saya es mi madre, ¿cómo la conoces? Nunca me habló de ti.
Óengus me miró en silencio antes de volver a hablar.
—Ya entiendo.
—¿Qué cosa? —ese monstruo peludo era cada vez más raro.
—Te dejaré salir —lo que dijo me impresionó—. Deja el castillo, enfrenta al mundo por lo que es en realidad y encuentra tu verdadero hogar.
—Mi hogar es en Ponyville.
—Te ayudaré con una sola condición —dijo él.
—¿Cuál es?
—Combate la oscuridad con tu luz y ayúdame a salvar a mi pueblo.
—Lo haré si me dices dónde están mis amigos.
Óengus abrió la puerta de mi jaula y empezó a avanzar hacia una parte del castillo.
—Ven conmigo.
Ambos bajamos por unas escaleras de caracol hechas de piedra mientras procurábamos no hacer ruido para no ser descubiertos. Finalmente, llegamos a un sótano. Él abrió el candado de una puerta metálica y me dejó entrar: ahí, Arrow y Forecast se encontraban encerrados en jaulas colgantes.
—¡Aurora! —Forecast fue el primero en verme.
—¡Chicos!
Óengus los liberó así que ellos se reunieron conmigo.
—¿Estás bien? —preguntó Arrow.
—Sí, tenemos que salir de aquí.
—¿Quién es él? —Forecast veía al monstruo peludo con curiosidad.
—Te explicaré luego, ¡vamos!