*La escuelita* - Dom Sep 11, 2016 10:01 pm
#ChildOfLight
Voy a terminar la historia de Aurora. Post anteriores ligados a su historia:
https://sinnombre.hooxs.com/t830p125-la-escuelita#57152
https://sinnombre.hooxs.com/t850p25-my-little-adventure#57238
https://sinnombre.hooxs.com/t850p25-my-little-adventure#57675
https://sinnombre.hooxs.com/t850p25-my-little-adventure#57935
https://sinnombre.hooxs.com/t850p25-my-little-adventure#58162
https://sinnombre.hooxs.com/t850p50-my-little-adventure#58726
https://sinnombre.hooxs.com/t850p50-my-little-adventure#59030
~Aurora POV~
Fueron tiempos difíciles para mis amigos y para mí desde que habíamos caído en otra dimensión de nombre Lemuria: la reina Umbra había traído la oscuridad y monstruos que atormentaban a los habitantes. Sus hijas, Crepusculum y Nox (anteriormente Norah), habían robado a la luna y el sol, respectivamente. Ambas tenían una apariencia alterna monstruosa producto de la magia negra de Umbra, lo que les dio una apariencia de serpientes gigantes. Quien más me había sorprendido de su decisión era Nox, debido a que ella era una hermosa unicornio con el elemento de la luz. No era normal que una pony de luz fuera malvada pero ella, antes de morir, me dijo que envidiaba mi apariencia de alicornio.
Tras haber vencido a las hijas de la reina Umbra y haber recuperado la luna y el sol, la reina se apareció frente a mí y mis amigos Arrow y Forecast.
—Eres una chiquilla demasiado osada —me espetó—, creo que te mereces una recompensa: devuélveme a la luna y el sol y les permitiré volver a Ponyville.
Ella creó un portal a un lado suyo. En ese portal podía ver con claridad al pueblo así que pensé en mi madre y en lo mucho que la extrañaba.
—Vamos, yo sé que quieres —me dijo Umbra.
—Por favor no lo hagas.
Escuché la voz de Igniculus, quien parecía rogarme.
—Si le devuelves a la luna y el sol, Lemuria quedará en la oscuridad para siempre.
—Él tiene razón —le dije a umbra con firmeza—, no me rendiré ahora, incluso aunque quiera volver con mis papás.
—Es una lástima que ellos no sean tus verdaderos padres —me corrigió la reina.
—¿Qué?
—¿Nunca te has preguntado por qué no te pareces a ellos en lo físico? Eso es porque no tienes ningún parentesco con ellos. Tu madre es una reina oscura, como yo.
—Eso... no puede ser cierto —dije, pero muy dentro de mí sabía que eso era verdad.
—Ella te encontró tirada en la playa y es probable que te haya adoptado con el propósito de usarte en su beneficio —me susurró la reina Umbra—. Después de todo, eso es lo que hacemos las reinas de oscuridad.
Lo que me decía, me dolía mucho porque tenía razón en algo: Yo no me parecía a mis padres. ¿De verdad mi madre, o supuesta madre, me había adoptado para un mal propósito? En ese momento noté que mi cabeza se hacía más ligera: mi corona había desaparecido.
—¡Jah! ¡Dudas del amor de tus padres hacia ti! ¡Adiós a la corona falsa! —gritó Umbra con júbilo—. ¡Te tengo!
Ella me lanzó un hechizo mágico que me causó un gran daño y me tiró al suelo. Desde ahí vi cómo los elementos del sol, la luna y las estrellas aparecían frente a mí. Con mis últimas fuerzas los tomé.
En cuanto desperté, me di cuenta que estaba recostada sobre un altar mientras Arrow, Forecast e Igniculus me miraban.
—¡Bienvenida de vuelta! —me saludó Forecast.
—¿Qué pasó? —pregunté confundida.
—La Yegua del Bosque apareció de pronto y tocó una flauta —explicó Arrow—. Gracias a eso, nos teletransportó a todos aquí. Luego, ella utilizó el poder del sol, la luna y las estrellas para salvarte y darte una nueva protección.
Me di cuenta que tenía una corona en la cabeza, la tomé en mis cascos y vi que ahora era transparente, como cristal. En ese momento, la Yegua del Bosque, alguien a quien había salvado, se apareció frente a mí.
—Aurora...
Ella se quitó la capucha de su cabeza y me sorprendió: su crin era roja como la mía y ondeaba como si fueran llamas.
—Yo soy la Reina de la Luz, tu madre. Al menos su espíritu.
Ese descubrimiento me dejó muy asombrada. Ella me explicó que la reina Umbra era descendiente de Cynbel el Sabio, mientras que ella, mi verdadera madre, descendía de Erin el Conquistador. Aunque ambos se habían llevado bien, la reina Umbra decía que su sabiduría era la que llevaría a Lemuria a la grandeza.
—¿Por qué me abandonaste con una reina oscura? —la interrumpí.
Ella dejó de hablar pero, en lugar de mostrarse molesta o arrepentida, simplemente me sonrió.
—Jamás pensé en abandonarte, pero debía mandarte a un lugar seguro donde la reina Umbra no te encontrara, o al menos no mientras fueras una bebé indefensa —me explicó—. Mis intenciones iniciales es que la princesa Luka te encontrara en la playa y te adoptara...
—¿La princesa que cuida a las criaturas del mar? —pregunté sorprendida.
—Sí, pero fue alguien más quien te encontró. A pesar de lo que crees: ¿te parece que ella es mala?
Empecé a recordar a mi madre adoptiva: tras reflexionar me di cuenta que ella hacía muchos sacrificios por mí y siempre me trató con respeto, pero sobre todo con cariño.
—No, no me parece mala...
—¿Ni aunque su elemento sea la oscuridad? —me preguntó.
—Nox tenía el elemento de la luz y aún así era mala —concluí y luego la miré fijamente—. Nuestra naturaleza, a pesar de su tendencia, no es la que nos define, sino nuestras acciones.
—Exactamente —mi madre me sonrió. Supongo que había encontrado la respuesta.
—Sea lo que sea, debo detener a la reina Umbra —le dije, decidida—. No puedo dejar que siga causando caos aquí.
Tras despedirme de mi madre, me puse en marcha junto a Arrow, Forecast, Óengus e Igniculus en dirección al castillo de la reina Umbra. Ella ya nos esperaba y parecía muy molesta.
—Escapaste dos veces de mí, Aurora, ¡pero no tendrás la misma suerte esta vez!
Sin más que decir, ella se transformó en un temible dragón negro. Ella me sorprendió bastante pero mis amigos Arrow, Forecast, Óengus e Igniculus me alentaron a luchar, así que entre todos decidimos hacerlo. Umbra lastimó de gravedad a Óengus, quien había intentado protegerme.
—¡Óengus! —lo llamé.
—No te preocupes por mí —me susurró—, no te detengas y usa todo tu poder para detenerla.
Creé un hechizo de luz para cegar a Umbra, mientras que Arrow le lanzó tres flechas al mismo tiempo. La reina se enfureció e intentó atacarlo de un zarpazo, pero Forecast invocó un potente rayo de electricidad que le paralizó ese miembro. Yo aproveché para volar hacia ella.
Finalmente sucedió: le clavé mi espada en el pecho. Umbra gritó con dolor y rápidamente regresó a su apariencia de pony. De forma agónica, ella murmuró.
—Yo solo quería un sitio en donde la oscuridad fuera aceptada al mismo nivel de importancia que la luz.
Tras su último aliento, todo en Lemuria se restableció: los habitantes salieron de sus casas, y aquellos prisioneros fueron liberados. Mis amigos también se asombraron al verme y pude saber por qué: mi cabello ahora ondeaba como si tuviera vida propia, al igual que el de mi madre, y tenía una peculiar Cutie Mark en mi flanco: el sol, la luna y las estrellas se reflejaban en ella. El espíritu de mi madre volvió a aparecer frente a mí.
—Buen trabajo, querida hija —me felicitó—. Has liberado a Lemuria gracias a tu valor y los lazos de amistad que tienes. Gracias a todos ustedes también.
—Fue un placer —dijo Arrow con su seriedad de siempre pero pude ver que estaba feliz.
—¡Fue increíble! —dijo Forecast con su optimismo de siempre.
—Siempre te agradeceremos por esto, Aurora —dijo Óengus, yo le sonreí.
—¿Eso significa que te vas? —me preguntó Igniculus con tristeza.
Me había encariñado tanto con la pequeña esfera de luz que era mi amigo que se me ocurrió pedirle algo.
—Ven conmigo.
—¿Qué? —preguntó Igniculus sorprendido.
—Ven conmigo a Ponyville, te gustará —le dije con una sonrisa.
Él miro a mi madre con duda, y ella asintió en silencio con una sonrisa cómplice.
—Ve con ella.
—¡Está bien!
Igniculus voló para ponerse a mi lado. En ese momento, mi madre sacó su flauta.
—Toca conmigo, Aurora —me hizo la petición.
Saqué mi flauta y ambas comenzamos a tocar: poco a poco un remolino se formó a nuestro lado hasta que se creó un portal. Forecast fue el primero en reaccionar.
—¡Casa! —se le escuchó gritar con júbilo antes de atravesarlo por completo.
—¡Espera, no seas tan impaciente! —lo regañó Arrow mientras lo seguía, yo sonreí.
Miré a mi madre a los ojos y comencé a sentir tristeza. Ella debió notarlo porque empezó a hablar.
—Yo estaré bien ahora que sé que Lemuria y tú están a salvo. Regresa a Ponyville, con tus padres adoptivos, y vive una gran vida. Esa es mi última voluntad.
—Gracias, madre. Lo haré. Vamos, Igniculus.
—¡Sí! —exclamó él.
Tras despedirnos de Óengus, Igniculus y yo traspasamos el portal. Dentro de mí sentía tristeza por no poder volver a ver a mi madre, pero a la vez sentía alivio de que todo hubiera terminado.
Voy a terminar la historia de Aurora. Post anteriores ligados a su historia:
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https://sinnombre.hooxs.com/t850p25-my-little-adventure#57238
https://sinnombre.hooxs.com/t850p25-my-little-adventure#57675
https://sinnombre.hooxs.com/t850p25-my-little-adventure#57935
https://sinnombre.hooxs.com/t850p25-my-little-adventure#58162
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~Aurora POV~
Fueron tiempos difíciles para mis amigos y para mí desde que habíamos caído en otra dimensión de nombre Lemuria: la reina Umbra había traído la oscuridad y monstruos que atormentaban a los habitantes. Sus hijas, Crepusculum y Nox (anteriormente Norah), habían robado a la luna y el sol, respectivamente. Ambas tenían una apariencia alterna monstruosa producto de la magia negra de Umbra, lo que les dio una apariencia de serpientes gigantes. Quien más me había sorprendido de su decisión era Nox, debido a que ella era una hermosa unicornio con el elemento de la luz. No era normal que una pony de luz fuera malvada pero ella, antes de morir, me dijo que envidiaba mi apariencia de alicornio.
Tras haber vencido a las hijas de la reina Umbra y haber recuperado la luna y el sol, la reina se apareció frente a mí y mis amigos Arrow y Forecast.
—Eres una chiquilla demasiado osada —me espetó—, creo que te mereces una recompensa: devuélveme a la luna y el sol y les permitiré volver a Ponyville.
Ella creó un portal a un lado suyo. En ese portal podía ver con claridad al pueblo así que pensé en mi madre y en lo mucho que la extrañaba.
—Vamos, yo sé que quieres —me dijo Umbra.
—Por favor no lo hagas.
Escuché la voz de Igniculus, quien parecía rogarme.
—Si le devuelves a la luna y el sol, Lemuria quedará en la oscuridad para siempre.
—Él tiene razón —le dije a umbra con firmeza—, no me rendiré ahora, incluso aunque quiera volver con mis papás.
—Es una lástima que ellos no sean tus verdaderos padres —me corrigió la reina.
—¿Qué?
—¿Nunca te has preguntado por qué no te pareces a ellos en lo físico? Eso es porque no tienes ningún parentesco con ellos. Tu madre es una reina oscura, como yo.
—Eso... no puede ser cierto —dije, pero muy dentro de mí sabía que eso era verdad.
—Ella te encontró tirada en la playa y es probable que te haya adoptado con el propósito de usarte en su beneficio —me susurró la reina Umbra—. Después de todo, eso es lo que hacemos las reinas de oscuridad.
Lo que me decía, me dolía mucho porque tenía razón en algo: Yo no me parecía a mis padres. ¿De verdad mi madre, o supuesta madre, me había adoptado para un mal propósito? En ese momento noté que mi cabeza se hacía más ligera: mi corona había desaparecido.
—¡Jah! ¡Dudas del amor de tus padres hacia ti! ¡Adiós a la corona falsa! —gritó Umbra con júbilo—. ¡Te tengo!
Ella me lanzó un hechizo mágico que me causó un gran daño y me tiró al suelo. Desde ahí vi cómo los elementos del sol, la luna y las estrellas aparecían frente a mí. Con mis últimas fuerzas los tomé.
En cuanto desperté, me di cuenta que estaba recostada sobre un altar mientras Arrow, Forecast e Igniculus me miraban.
—¡Bienvenida de vuelta! —me saludó Forecast.
—¿Qué pasó? —pregunté confundida.
—La Yegua del Bosque apareció de pronto y tocó una flauta —explicó Arrow—. Gracias a eso, nos teletransportó a todos aquí. Luego, ella utilizó el poder del sol, la luna y las estrellas para salvarte y darte una nueva protección.
Me di cuenta que tenía una corona en la cabeza, la tomé en mis cascos y vi que ahora era transparente, como cristal. En ese momento, la Yegua del Bosque, alguien a quien había salvado, se apareció frente a mí.
—Aurora...
Ella se quitó la capucha de su cabeza y me sorprendió: su crin era roja como la mía y ondeaba como si fueran llamas.
—Yo soy la Reina de la Luz, tu madre. Al menos su espíritu.
Ese descubrimiento me dejó muy asombrada. Ella me explicó que la reina Umbra era descendiente de Cynbel el Sabio, mientras que ella, mi verdadera madre, descendía de Erin el Conquistador. Aunque ambos se habían llevado bien, la reina Umbra decía que su sabiduría era la que llevaría a Lemuria a la grandeza.
—¿Por qué me abandonaste con una reina oscura? —la interrumpí.
Ella dejó de hablar pero, en lugar de mostrarse molesta o arrepentida, simplemente me sonrió.
—Jamás pensé en abandonarte, pero debía mandarte a un lugar seguro donde la reina Umbra no te encontrara, o al menos no mientras fueras una bebé indefensa —me explicó—. Mis intenciones iniciales es que la princesa Luka te encontrara en la playa y te adoptara...
—¿La princesa que cuida a las criaturas del mar? —pregunté sorprendida.
—Sí, pero fue alguien más quien te encontró. A pesar de lo que crees: ¿te parece que ella es mala?
Empecé a recordar a mi madre adoptiva: tras reflexionar me di cuenta que ella hacía muchos sacrificios por mí y siempre me trató con respeto, pero sobre todo con cariño.
—No, no me parece mala...
—¿Ni aunque su elemento sea la oscuridad? —me preguntó.
—Nox tenía el elemento de la luz y aún así era mala —concluí y luego la miré fijamente—. Nuestra naturaleza, a pesar de su tendencia, no es la que nos define, sino nuestras acciones.
—Exactamente —mi madre me sonrió. Supongo que había encontrado la respuesta.
—Sea lo que sea, debo detener a la reina Umbra —le dije, decidida—. No puedo dejar que siga causando caos aquí.
Tras despedirme de mi madre, me puse en marcha junto a Arrow, Forecast, Óengus e Igniculus en dirección al castillo de la reina Umbra. Ella ya nos esperaba y parecía muy molesta.
—Escapaste dos veces de mí, Aurora, ¡pero no tendrás la misma suerte esta vez!
Sin más que decir, ella se transformó en un temible dragón negro. Ella me sorprendió bastante pero mis amigos Arrow, Forecast, Óengus e Igniculus me alentaron a luchar, así que entre todos decidimos hacerlo. Umbra lastimó de gravedad a Óengus, quien había intentado protegerme.
—¡Óengus! —lo llamé.
—No te preocupes por mí —me susurró—, no te detengas y usa todo tu poder para detenerla.
Creé un hechizo de luz para cegar a Umbra, mientras que Arrow le lanzó tres flechas al mismo tiempo. La reina se enfureció e intentó atacarlo de un zarpazo, pero Forecast invocó un potente rayo de electricidad que le paralizó ese miembro. Yo aproveché para volar hacia ella.
Finalmente sucedió: le clavé mi espada en el pecho. Umbra gritó con dolor y rápidamente regresó a su apariencia de pony. De forma agónica, ella murmuró.
—Yo solo quería un sitio en donde la oscuridad fuera aceptada al mismo nivel de importancia que la luz.
Tras su último aliento, todo en Lemuria se restableció: los habitantes salieron de sus casas, y aquellos prisioneros fueron liberados. Mis amigos también se asombraron al verme y pude saber por qué: mi cabello ahora ondeaba como si tuviera vida propia, al igual que el de mi madre, y tenía una peculiar Cutie Mark en mi flanco: el sol, la luna y las estrellas se reflejaban en ella. El espíritu de mi madre volvió a aparecer frente a mí.
—Buen trabajo, querida hija —me felicitó—. Has liberado a Lemuria gracias a tu valor y los lazos de amistad que tienes. Gracias a todos ustedes también.
—Fue un placer —dijo Arrow con su seriedad de siempre pero pude ver que estaba feliz.
—¡Fue increíble! —dijo Forecast con su optimismo de siempre.
—Siempre te agradeceremos por esto, Aurora —dijo Óengus, yo le sonreí.
—¿Eso significa que te vas? —me preguntó Igniculus con tristeza.
Me había encariñado tanto con la pequeña esfera de luz que era mi amigo que se me ocurrió pedirle algo.
—Ven conmigo.
—¿Qué? —preguntó Igniculus sorprendido.
—Ven conmigo a Ponyville, te gustará —le dije con una sonrisa.
Él miro a mi madre con duda, y ella asintió en silencio con una sonrisa cómplice.
—Ve con ella.
—¡Está bien!
Igniculus voló para ponerse a mi lado. En ese momento, mi madre sacó su flauta.
—Toca conmigo, Aurora —me hizo la petición.
Saqué mi flauta y ambas comenzamos a tocar: poco a poco un remolino se formó a nuestro lado hasta que se creó un portal. Forecast fue el primero en reaccionar.
—¡Casa! —se le escuchó gritar con júbilo antes de atravesarlo por completo.
—¡Espera, no seas tan impaciente! —lo regañó Arrow mientras lo seguía, yo sonreí.
Miré a mi madre a los ojos y comencé a sentir tristeza. Ella debió notarlo porque empezó a hablar.
—Yo estaré bien ahora que sé que Lemuria y tú están a salvo. Regresa a Ponyville, con tus padres adoptivos, y vive una gran vida. Esa es mi última voluntad.
—Gracias, madre. Lo haré. Vamos, Igniculus.
—¡Sí! —exclamó él.
Tras despedirnos de Óengus, Igniculus y yo traspasamos el portal. Dentro de mí sentía tristeza por no poder volver a ver a mi madre, pero a la vez sentía alivio de que todo hubiera terminado.